"Sí, hijo mío. ¿Y qué piensa usted que hemos de hacer?
Percy abrió ambas manos.
- Santo Padre...La misa, la oración, el rosario. Eso por encima de todo. El mundo insiste en negarles sus poderes, y es en esos poderes en donde los cristianos han de hacer todo hincapié. Restaurar todas las cosas en Jesucristo, en primer y último lugar. Ninguna otra medida servirá de nada. Es él quien ha de hacerlo, ya que nosotros no podemos
La blanca cabeza se inclinó y se irguió de nuevo con gran efecto.
- Sí, hijo mío...Pero mientras Jesucristo se digne a contemplarnos, es preciso que seamos útiles en sus manos. Él es el Profeta y el Rey, amén de Sacerdote. También nosotros hemos de ser el profeta y el rey, amén de ser sacerdotes. ¿Qué hay de la profecía, qué hay de la realeza?
La voz traspasó a Percy como si fuera un clarín.
- Sí, Santidad...En cuanto a la profecía, prediquemos la caridad; en cuanto a la realeza, reinemos sobre las cruces. Hemos de amar y padecer...- exhaló un suspiro rayano en un sollozo-. Su Santidad siempre ha predicado la caridad. Que la caridad, así pues, se traduzca en buenas obras. Destaquemos en las buenas obras; comprometámonos con honestidad en el comercio, en la vida de familia con castidad, en el gobierno con derechura. En cuanto a los padecimientos...¡Ay, Santidad!"
Robert Hugh Benson, Lord of the World.
Tendrán que disculpar el epígrafe tan largo, pero la verdad es que me hubiera gustado colocar incluso muchos párrafos más. En estas semanas raras, se me han venido a la cabeza muchas líneas del Señor del Mundo. Vistos los acontecimientos actuales pareciera que estuviéramos contemplando sucesos apocalípticos. Han habido hechos a lo largo de la historia que también han movido a algunos a pensar que estaban llegando a la Parusía. Y erraron. Sin embargo, no hay que despreciar los signos, tal como lo dice Newman y siempre hago referencia a esta cita: " es preferible pensar mil veces en que Él viene cuando no viene, que pensar una sola vez en que no viene cuando está viniendo realmente" (...) "Mejor es equivocarnos en nuestra vigilia que no vigilar en absoluto" (Esperando a Cristo)
Todas las señales que estamos viendo me animan a pensar que estamos en el principio del fin. No veo como normal que el papa renuncie, no veo como normal la reacción festiva de la gente ante este hecho, no me parece que el vulgo neopagano siga diciendo que la Iglesia debe seguir abriéndose más al mundo...obviamente para que el mundo finalmente se la trague. Quiero pensar que todo lo que ha ocurrido en estos días corresponde a un plan divino que sigue escribiendo derecho en líneas torcidas. No me hago ninguna esperanza de restauración en la Iglesia con la elección de un nuevo papa, es más, todo lo contrario. La Iglesia desde dentro, huele a corrupción, a pérdida de fe. Y creo que mi querido Mgr. Benson, erró al pasar por alto y no incluir la figura del Pseudoprofeta en el Señor del Mundo, aquel que viene desde el poder religioso a colaborar con el Anticristo.
Con todo, yo no me preocupo. Creerán que no amo a la Iglesia, que no me preocupa la salvación de las almas que andan desorientadas, y que siguen caminando hacia la perdición muchas veces sin saberlo por tener la conciencia absolutamente suprimida a causa de la negación de la naturaleza pecadora del hombre. No, nos es eso. Claro que amo a la Iglesia y sufro al verla en crisis, perdida en cuanto a su misión. También me preocupan las almas. No me complazco en la desgracia de nadie. Pero como católica estas señales hacen que desee que la cosa reviente de una vez para que El arregle todo. Tenía la duda con respecto que podía estar faltando a la caridad al "desear" que el mal mostrara la cara y se hiciera más patente, porque se podría creer que, claro, yo estoy muy bien con mi familia, con mi misa y lo demás y que el resto se pudra. Pero no es así. Ya Nuestro Buen Dios nos lo dijo: " Cuando estas cosas comenzaren a suceder, cobrad ánimo y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra redención" (Lucas, 21, 28). Cobrad el ánimo porque falta poco y es necesario que primero pasemos por la persecución física y moral. Estar en contra de la "moral" del mundo actual ya nos está trayendo el rechazo de éste. Luego vendrá la persecución cuando se nos señale como enemigos del género humano por no querer aceptar sus nuevas leyes, como la del matrimonio gay.
Pensé que era la única que veía en las cosas malas y terribles del mundo, una señal de esperanza. No soy la única. Mi buen amigo argentino de siempre, me envió de regalo el libro de don Federico Mihura, El Anticristo. Allí encontré precisamente lo que pensaba: "La atención preferencial a los aspectos negativos del mundo actual se justifica, a mi entender, por el hecho de que ellos son, precisamente, el preanuncio y antesala de la Gloria a la que aspiramos. Su extrema negatividad realza la extrema positividad de Aquello que esperamos. Aviva, en nosotros, la conciencia del Triunfo venidero, por oposición. Por contraste. (...) si esto es como Nuestro Señor nos lo anuncia, si el Mal llegado a su plenitud en el Anticristo, anuncia el triunfo definitivo de Cristo y nuestra redención, entonces - como decía en De Prophetia -, casi, debiéramos querer que el Mal se intensificara. Politique du pire: cuanto peor, tanto mejor. Y decía, lo vuelvo a decir ahora, que a esto, que lo sabemos por fe, debemos desearlo con la esperanza fundada en la fe. Porque Cristo nos lo ha ordenado, imperativamente: "Cuando veáis que todo esto sucede, levantad vuestras cabezas". Debemos desearlo, en el supuesto - que creo que es vigente-, de que nada nos quede humanamente por hacer, porque de lo contrario, es claro, deberíamos intentar corregir el Mal."
Entonces, no temo, espero. Espero haciendo lo que debo, en el lugar donde Dios me tiene. Trato de ser luz en medio de las tinieblas, destacando por mis buenas obras como dice Benson. Si el mundo no quiere escuchar la voz de Dios, si el mundo no quiere salvarse entonces el mal seguirá su curso. La humanidad va a tener que tocar fondo y deberá ser purificada por el mismo Cristo. Si no puedo corregir el mal en el pequeño mundo en el cual estoy, en el mundo inmediato que me rodea, entonces al menos intentaré salvar mi alma y la de mis seres queridos.
Por ahora nos queda esperar. Orad y velad dice Cristo, serle fiel hasta el final aunque el mundo se esté cayendo a pedazos y pareciera que todo está perdido.