"- El fariseísmo viene a ser como...los fariseos son "religiosos profesionales"...como el profesionalismo de la religión - dije-, recordando una frase de Gustavo Thibon.
- Ese es solamente el primer grado de fariseísmo en todo caso - reflexionó el viejo -. A ver si podemos describirlo por sus grados:
El primero: la religión se vuelve meramente exterior...
El segundo: la religión se vuelve profesión, métier, gagne-pain.
El tercero: la religión se vuelve instrumento de ganancia, de honores, poder o dinero.
- ¡Es como una escleorotización de lo religioso, un endurecimiento o decaimiento progresivo! - saltó el teólogo.
- Y después una falsificación, hipocresía, dureza hasta la crueldad...- dije yo.
-Jesucristo en el Evangelio condenó a los fariseos - machacó fray Florecita - y con eso basta.
El judío se había quedado como absorto. Después prosiguió con una voz hueca y ronca...
- Yo tiemblo de decir lo que oso pensar...Mi corazón tiembla delante de Dios como una hoja de árboñ al pensar en el misterio del fariseísmo. Yo no puedo indignarme como el Divino Maestro; yo, miserable gusano, le tengo miedo - y de hecho se estremeció bruscamente todo su cuerpo, y dos lágrimas asomaron a sus ojos.
- Los otros grados - prosiguió - ya son diabólicos. El corazón del fariseo primero se vuelve corcho, después piedra, después se vacía por dentro, después lo ocupa el demonio. "Y el demonio entró en él", dice Juan de Judas.
El cuarto: la religión se vuelve pasivamente dura, insensible, desencarnada.
El quinto: la religión se vuelve hipocresía: el "santo" hipócrita empieza a despreciar y aborrecer a los que tienen religión verdadera.
El sexto: el corazón de piedra se vuelve cruel, activamente duro.
El séptimo: el falso creyente persigue de muerte a los veros creyentes, con saña ciega, con fanatismo implacable...y no se calma ni siquiera ante la cruz ni después de la cruz..."Este impostor dijo que al tercer día iría a resucitar"; de modo que, Oh Excelso Procurador de Judea...Guardias al sepulcro."
Leonardo Castellani, Cristo y los Fariseos.
Ediciones Jauja 1999
sábado, 29 de noviembre de 2014
jueves, 20 de noviembre de 2014
Del blog Mundabor: Ahora es oficial: Francisco te odia
Sí, tú. Tú buena esposa, y buen esposo. Tú que te casaste por la Iglesia, tú que rezas el rosario. Tú, señor, eres su enemigo.
El Más Sorprendente Hipócrita en la Historia de la Iglesia ( TMAHICH) (sigla en inglés, n. de tr.) continúa saboteando al catolicismo. Comienzo a pensar que su odiocidad por los católicos es tan fuerte que no puede abstenerse de ser sarcástico contra ellos, incluso si tratar de refrenar su lengua. Esto, o este grapa juega un rol.
Ahora ni siquiera están bien los católicos con una vida ordenada, o que viven sin pecado mortal en su consciencia y están casados por la Iglesia. Francisco es el hombre que ordena que se le dé la comunión sacrílega a el 80% de los comulgantes de una barriada marginal; es el que sugiere que muchos de aquellos buenos católicos deben estar "muertos" por dentro. Los concubinos de los barrios marginales, los travestis, los sacerdotes maricones - ver a su
amigo - están todos bien.
.
¿Muerto por dentro? Si quiere ver a uno, lo único que necesita este hombre es un espejo.
Si eres cualquier clase de pecador : homosexual, concubino, ladrón, este Papa te querrá mucho. Pero comienza a vivir una vida católica y su odio contra ti será imposible de contener.
No puedo evitar pensar que este Papa tiene tal odiocidad viceral por los católicos, que él arremete contra ellos incluso si sabe que debiera ser más cuidadoso. Simplemente está fuera de su control.
Él ha tenido odio por los buenos católicos toda su vida. Para él son hipócritas. Él debe estar tan corrompido interiormente que ha olvidado lo que es tener un corazón sincero.
Pero tú en cambio eres un alma sucia. Posiblemente un pervertido.
Él verá su propia suciedad en ti, y tú le agradarás inmediatamente."
Nota de Beatrice: Concuerdo completamente con Mundabor. Gracias a Dios mi fe no pasa por hombres. La fe es un don gratuito de Dios que hay que cultivar, acrecentar, y que al único que he de dar cuentas de lo que he hecho con ella es a Dios. Lo que piense el papa de turno me da lo mismo. Sus gustos, opiniones personales extra magisteriales me dan exactamente lo mismo. Y aunque no soy sedevacante he aprendido a vivir casi como si lo fuera. Me basta con cumplir mis deberes para con Dios, mis deberes de estado y mis deberes para con mi prójimo, poniendo en práctica aquello que la sana doctrina me manda, recibiendo los sacramentos, e intentando mantener durante el día el pensamiento en presencia de Dios.
¿Qué igual me toca o me afecta lo que haga nuestro Obispo de Roma? Obviamente que sí en cuanto a que es la cabeza de la Iglesia y que ciertas medidas que tome van a repercutir, por ejemplo, en la vida parroquial o de la iglesia donde vayamos habitualmente. Sin embargo, esta cabeza es similar a la de un padre de familia. En este caso nos encontramos con una calamidad de padre de familia. Mi padre va a ser mi padre aunque sea un inepto como tal. Y yo solamente tengo el deber de obedecerlo cuando actua como un buen padre de familia cumpliendo su deber. Si mi padre me manda a hacer algo que va en contra de las normas de la familia y en contra del bien común de ésta, o en contra de las leyes de Dios yo no estoy obligada a obedecerlo, es más, debe resistirme.
Este mal padre que castiga a los hijos buenos y favorece a los malos deberá dar cuentas. Yo me pregunto si Francisco es consciente de ésto, o si cree que está ahí para hacer lo que se le viene en gana, o si definitivamente tiene un serio problema de bipolaridad.
En fin, gracias a Dios mi fe no pasa por hombres.
El Más Sorprendente Hipócrita en la Historia de la Iglesia ( TMAHICH) (sigla en inglés, n. de tr.) continúa saboteando al catolicismo. Comienzo a pensar que su odiocidad por los católicos es tan fuerte que no puede abstenerse de ser sarcástico contra ellos, incluso si tratar de refrenar su lengua. Esto, o este grapa juega un rol.
Ahora ni siquiera están bien los católicos con una vida ordenada, o que viven sin pecado mortal en su consciencia y están casados por la Iglesia. Francisco es el hombre que ordena que se le dé la comunión sacrílega a el 80% de los comulgantes de una barriada marginal; es el que sugiere que muchos de aquellos buenos católicos deben estar "muertos" por dentro. Los concubinos de los barrios marginales, los travestis, los sacerdotes maricones - ver a su
amigo - están todos bien.
.
¿Muerto por dentro? Si quiere ver a uno, lo único que necesita este hombre es un espejo.
Si eres cualquier clase de pecador : homosexual, concubino, ladrón, este Papa te querrá mucho. Pero comienza a vivir una vida católica y su odio contra ti será imposible de contener.
No puedo evitar pensar que este Papa tiene tal odiocidad viceral por los católicos, que él arremete contra ellos incluso si sabe que debiera ser más cuidadoso. Simplemente está fuera de su control.
Él ha tenido odio por los buenos católicos toda su vida. Para él son hipócritas. Él debe estar tan corrompido interiormente que ha olvidado lo que es tener un corazón sincero.
Pero tú en cambio eres un alma sucia. Posiblemente un pervertido.
Él verá su propia suciedad en ti, y tú le agradarás inmediatamente."
Nota de Beatrice: Concuerdo completamente con Mundabor. Gracias a Dios mi fe no pasa por hombres. La fe es un don gratuito de Dios que hay que cultivar, acrecentar, y que al único que he de dar cuentas de lo que he hecho con ella es a Dios. Lo que piense el papa de turno me da lo mismo. Sus gustos, opiniones personales extra magisteriales me dan exactamente lo mismo. Y aunque no soy sedevacante he aprendido a vivir casi como si lo fuera. Me basta con cumplir mis deberes para con Dios, mis deberes de estado y mis deberes para con mi prójimo, poniendo en práctica aquello que la sana doctrina me manda, recibiendo los sacramentos, e intentando mantener durante el día el pensamiento en presencia de Dios.
¿Qué igual me toca o me afecta lo que haga nuestro Obispo de Roma? Obviamente que sí en cuanto a que es la cabeza de la Iglesia y que ciertas medidas que tome van a repercutir, por ejemplo, en la vida parroquial o de la iglesia donde vayamos habitualmente. Sin embargo, esta cabeza es similar a la de un padre de familia. En este caso nos encontramos con una calamidad de padre de familia. Mi padre va a ser mi padre aunque sea un inepto como tal. Y yo solamente tengo el deber de obedecerlo cuando actua como un buen padre de familia cumpliendo su deber. Si mi padre me manda a hacer algo que va en contra de las normas de la familia y en contra del bien común de ésta, o en contra de las leyes de Dios yo no estoy obligada a obedecerlo, es más, debe resistirme.
Este mal padre que castiga a los hijos buenos y favorece a los malos deberá dar cuentas. Yo me pregunto si Francisco es consciente de ésto, o si cree que está ahí para hacer lo que se le viene en gana, o si definitivamente tiene un serio problema de bipolaridad.
En fin, gracias a Dios mi fe no pasa por hombres.
sábado, 15 de noviembre de 2014
Reparado el olvido de Westminster: un artículo del R.P. Schofield sobre Mgr. Benson.
Como ya sabrán durante el mes de Octubre se cumplieron los 100 años del fallecimiento de Mgr. Benson. No suelo ser muy amiga de las revistas de los obispados, pero me había parecido que la revista Oremus del arzobispado de Westminster en Inglaterra tenía algunas cosas rescatables. En mi ingenuidad pensé que durante el mes de Octubre encontraría variados artículos sobre la fecha aludida y esperé con ansias la aparición de la revista en este mes...pero nada. Ni una mención a uno de sus más famosos sacerdotes. Casi lloro...no exagero. ¿Seré la única que se acuerda de esta fecha? - pensé. Afortunadamente no, y Rorate Coeli publicó algunos sermones de las Paradojas del Catolicismo ( una de ellas publicada en español hoy en Adelante la Fe). También nuestro catalán amigo de la página "Robert Hugh Benson, página web de estudio sobre Robert Hugh Benson" hizo mención (http://roberthughbenson.com)
Pues bien, ahora por fin alguien de Westminster se acordó de su notable monseñor y en la Revista Oremus de Noviembre se publica una breve reseña. El padre Schofield precisamente fue quien hace unos años publicó en su blog (http://www.romanmiscellany.blogspot.com/) algunas fotografías de la actual Hare Street House, cosa que he aprovechado no solamente para conocer un poco el lugar, sino también para copiar y subir algunas fotos.
Les dejo entonces el artículo del padre Schofield traducido por esta servidora.
Mgr.
Robert Hugh Benson
Uno
de los autores favoritos del Papa,
Por
R.P. Nicholas Schofield
Este
año está tan repleto de aniversarios, que fue fácil pasar por alto el reciente
aniversario de la muerte de uno de los más afamados sacerdotes de Westminster:
Mgr. Robert Hugh Benson (1871 – 1914). Popular novelista, predicador y director
espiritual, su repentina muerte a causa de una neumonia el 19 de Octubre de
1914, con escasos 42 años, conmocionó no
solamente a los fieles católicos, sino a muchos otros para quienes Benson se
convirtió en un nombre familiar. Una nota periodística acerca de su muerte, “se presenta con tal dolor y sentido de pérdida, que ni siquiera el tiempo
de guerra y la gran lista de héroes muertos puede disminuir u oscurecer.”
Hugh, (como
fue popularmente conocido) perteneció a una adelantada familia. Su padre,
Edward White Benson, fue Arzobispo de Canterbury y su madre fue descrita por
Gladstone como “la mujer más inteligente de Europa”. Sus hermanos incluyen a
Edward Friederick, cuyas creaciones
cómicas comprenden a Mapp y Lucia; Arthur Christopher, que escribió la letra de
“Land of hope and Glory”; y a Margaret una pionera egiptóloga.
Hugh mismo también pudo afirmarse por
su propia cuenta dentro de esta terriblemente talentosa familia. Se educó en
Eton y en Cambrigde. Fue ordenado como sacerdote de la iglesia de Inglaterra,
ingresando posteriormente a la Comunidad de Mirfield donde empezó a ganar fama
como escritor y predicador. Un poco como a Newman, a él le faltaron algunas
habilidades como orador: hablaba rápido, algunas veces con un tono estridente y
tartamudeaba. Sin embargo, tal como lo señaló posteriormente un admirador: “la
personalidad del hombre tapa estos defectos. El actúa, vive y ve cada una de
las palabras que habla. Su entusiasmo nunca flaquea".
En 1903 fue recibido en la Iglesia
Católica por el padre Reginald Buckler, un dominico del priorato de
Woodchester. Como era de esperarse, la “secesión” del hijo de un arzobispo de
Canterbury causó muchos comentarios y se hicieron paralelos con la conversión
de Newman en 1845 y con la de Tobie Matthew (hijo del arzobispo de York, en
1606).
Benson se trasladó a Roma, residiendo
en San Silvestro in Capite ( que posteriormente sería la iglesia titular de los
cardenales Heenan y Hume), para seguir un abreviado curso para las órdenes
sagradas. A pesar de haber pasado sus ramos raspando (en parte causado por su
insuficiente latín) Hugh fue ordenado sacerdote en un año, el 13 de Junio de
1904 en la capilla doméstica de San Silvestro.
Ordenado para la arquidiócesis de Westminster,
Benson nunca estuvo a cargo de una parroquia. Fue a Llandalff House, por
entonces la capellanía católica en Cambridge para ayudar al fellow converso
Mrg. Arthur Barnes, el que posteriormente fue trasladado a la parroquia de
Nuestra Señora de los Mártires Ingleses. El mismo Hugh sostuvo que su carisma
era el de “encender, pero no sostener”. Él fue capaz de predicar poderosos
sermones o de atraer a numerosos conversos para su instrucción, pero no tuvo la paciencia para llevar los
registros de una parroquia o para haber hecho mundanas visitas pastorales. Los
dones de Hugh descasaban en otra parte y necesitó de libertad para canalizar su
energía creativa en una fructífera dirección.
En 1908, con el permiso del
arzobispo, Benson se trasladó a una casa que él compró en el villorrio de Hare
Street en Hertfordshire, cerca de Buntingford. Este lugar se convirtió en su
paraíso en la tierra. La casa del siglo XVII con una elegante fachada georgiana, presumía de
agradables jardines y de un fantasma (para delicia de Hugh). Puso mucha energía
en ornamentar el lugar, usando sus propios gobelinos, pintando, esculpiendo la
madera e incluso instalando un agujero en las escaleras, ( seguramente una
respetable casa de campo no sería tal si no tuviera uno) También construyó la capilla
en el jardín y supervisó cada detalle de su decoración. Después de su muerte
Hare Street House fue dejada para uso de los arzobispos de Westminster para que
pudieran escapar del ajetreo y del bullicio de la Avenida Ambrosden. El
cardenal Hinsley murió en Hare Street en 1943 y el cardenal Hume tuvo un gran
amor por este lugar. Su peculiar interior sirvió de inspiración para el libro y la
película Basil en Bluderland.
Los años de Benson como sacerdote
católico estuvieron principalmente ocupados en la prédica de sermones y en las
misiones, (de hecho, a menudo se le pudo encontrar en el púlpito de la
catedral) entregando conferencias en casa y afuera, escribiendo cartas e
instruyendo a conversos. Escribió una variada gama de libros y artículos,
abarcando la apologética, la espiritualidad, las biografías y la historia más bien como ficción. Benson
produjo veinte novelas en once años y fue considerado uno de los más finos
escritores en sus días. Entre sus libros más populares están ¡Ven potro, ven
soga! de 1912 (una de sus varias novelas sobre el periodo de la Reforma y que
ayudó a disipar muchos errores históricos) y los dos más notables volúmenes que
pueden ser definidos como de ciencia ficción: El Señor del Mundo (1907) y Alba
Triunfante (1911). El primero de éstos es un trabajo profundamente depresivo y
apocalíptico. Se sitúa en los comienzos del siglo XXI y está enfocado en el
reino del Anticristo y en el triunfo del humanismo sobre el cristianismo. Tal
ha sido su poder de profecía que el mismo papa Francisco se ha referido a él en
una de sus homilías diarias. Alba Triunfante es más optimista, trazando un
futuro alternativo donde la Iglesia es triunfante.
Desde el verano de 1914 Benson estuvo
sufriendo de ahogos, dolor en el pecho y cansancio. Estuvo muy preocupado por
la guerra que justamente se había declarado y él mismo compiló un libro de
oraciones para este tiempo, Vexilla Regis. El doctor le dijo que
descansara una vez que hubiera finalizado sus compromisos irrenunciables, pero
esta advertencia fue hecha demasiado tarde. Dejó a su amada Hare Street para
partir a completar algunos compromisos en el norte, indicándole a su sirviente
que “¡Ah! Las hojas se habrán caído cuando nuevamente vuelva a casa”. Benson precisamente condujo la misión en Ulverston ( ahora en Cumbria) y predicó en
Salford, pero después de hacerlo no se sintió lo suficientemente bien como para
regresar a casa, quedándose en la casa del obispo (que pronto sería la oficina
de nuestro propio obispo John Arnold).
Esos días siguieron con severos dolores,
aunque cuando no estaba sufriendo estaba lleno de su energía usual e incluso
fue al cine una tarde. Sin embargo, fue patente que la neumonia se había acentuado
y la situación se volvió grave. Su hermano Arthur corrió para estar con él, y
posteriormente recordó que Hugh había estado nervioso y algo preocupado “Él
sabía que debía morir. Y ahora creo que él deseaba vivir, pues estaba pensando
en todas aquellas cosas que él tenía y deseaba hacer, y que su línea
de pensamiento finalizó con la idea de que: “tal vez no pueda vivir para
hacerlo”.” La muerte finalmente llegó el 19 de Octubre de 1914.
Como un testimonio de su energético ministerio
y de su impacto sobre muchos miles que la comparativamente corta vida de Benson, su vida fue rememorada tanto en dos volúmenes biográficos como en varias pequeñas
remembranzas. Como un periodista señaló, él “logró más en ese corto periodo que
lo que es dado a contar en una larga vida. Los once años de su vida católica
juzgados desde su laboriosidad deben ser llamados, de una manera poética, como
los once años de años” Que descanse en
paz.
El padre Nicholas
Schofield es el Archivero de la Diócesis de Westminster. Él también es el
párroco de Nuestra Señora de Lourdes y San Miguel en Uxbridge.
viernes, 14 de noviembre de 2014
Mis juveniles "Mes de María"
Cuando era joven - hace ya unos cuantos años - y estaba en el colegio siempre esperaba con ansias la llegada del Mes de María. Esta hermosa devoción se inicia el 8 de Noviembre y finaliza con la Festividad de la Inmaculada Concepción el 8 de Diciembre, y equivale a las festividades marianas del mes de Mayo en el hemisferio norte. Aquí en las tierras australes coincide con la mitad de la primavera y por tanto, con el apogeo de las flores: alelíes, rosas, astroemerias, lirios, y un largo etc; y también coincide con la proximidad del adviento, tiempo que suele ser más de algarabía que de penitencia. El acoso del comercio con los adornos y los regalos navideños no propicia mucho el ambiente penitencial. En fin, para mí la llegada del mes de María era ocasión de una gran alegría, y aunque hoy también indudablemente lo es, ocurre de distinta manera, pues a medida que crecemos y cambian nuestras circunstancias y nuestras vivencias, celebramos de distinta manera.
Recuerdo que el inicio del Mes traía los aires de las vacaciones tan esperadas por alguien como yo que sufrí académicamente hablando el colegio. Cuando estaba en la enseñanza básica en el colegio de monjas ( en el desaparecido Colegio del Sagrado Corazón de Reñaca) se rezaba el mes en el patio del colegio. Todas nos formábamos en filas por curso frente a una enorme imagen de la Mater Admirabilis que ubicaban en lo alto de la gran escalera del patio central y donde Nuestra Señora nos miraba desde lo alto con sus dulces ojos.
A pesar de que las monjas de esta congregación eran ( y lo son) bien liberales para sus cosas, por lo menos esta tradición se conservaba. Se rezaba y se cantaba a la Virgen y cada curso ofrecía de acuerdo a la organización del calendario, flores mientras se cantaba el Venid y vamos todos. Ahí aprendí a rezar las dos oraciones del padre Vergara: la oración inicial y la oración final, repetida en esos años de infancia tal vez como el loro, pero que de todas formas nunca más se me olvidaron.
La antigua capilla de los SS.CC de Viña del Mar |
Nunca olvidaré esas misas, que aunque novus ordo, eran dichas con devoción y yo intentaba poner la mejor intención para que las palabras de la oración inicial y final se pusieran en práctica. Después que terminaba la misa, tomada una micro y me iba a Reñaca. Estaba feliz, con el alma completamente en paz...y además sabiendo que ya faltaba poco para que la "tortura" colegial terminara.
Hoy, pasados ya unos veinte y tantos años, sigo rezando el Mes de María. Ahora en casa, con el marido y con los hijos en nuestra capilla frente a una hermosa imagen que adquirimos recién. Mis niños aprenden la oración de boca de sus padres y al igual que yo cuando chica, tal vez la repiten medio como el loro, pero no me cabe duda que esta devoción hecha en familia, rezada con sus padres y hermanos los va a marcar para siempre, tal como a mí me marcó la que recé en el colegio. Es bueno y provechoso rezar en familia. Familia que reza unida permanece unida, decía un rosario que tenía mi abuela, de esos que brillan en la oscuridad. Es bueno aprovechar este mes que dedicamos a María, para hacer una pausa en nuestros alborotados días de fin de año. Dejar de lado un poco el computador, el celular, las pruebas finales y juntarse a rezar en familia un ratito. Sabemos de sobra que la Iglesia está navegando por aguas turbulentas, sabemos que el mal está ahí latente en cada esquina, que nuestra patria ahora quiere "madurar" a los ojos del mundo- sin- Dios y dárselas de "grande" promulgando leyes perversas como el aborto terapéutico, y más luego de lo que pensamos tendremos la ley del matrimonio homosexual (pues ya ganaron la primera batalla al aprobar el acuerdo de vida en pareja) y que nuestra oración puede frenar estas iniciativas, junto con alzar la voz y dar testimonio de vida cristiana, a pesar de nuestras falencias y pecados. Cada día que pasa me doy más cuenta que necesitamos tener nuestra pequeña Iglesia doméstica para meditar y contemplar a Dios en medio del mundo.
Las familias católicas deben estar más unidas que nunca y sabemos que la oración puede no solamente unirla más, sino que es grata a los ojos de Dios. Aprovechemos este mes entonces para rezar juntos.
lunes, 10 de noviembre de 2014
Paradojas del Catolicismo: Santidad y Pecado, por Mgr. R.H. Benson
Paradojas del Catolicismo
Santidad y Pecado
Santo, Santo, Santo Is. 4, 3
Jesucristo vino al mundo
a salvar a los pecadores I Tim. 1, 15
Un par de acusaciones muy diferentes
(por lejos más vitales que aquellas acusaciones baratas de mundanidad o de
ultra mundanidad que ya hemos considerado) concernientes a las preceptos de
bondad predicados por la Iglesia, y su propia presunta incapacidad para vivir
de acuerdo a éstos. Pueden ser resumidas brevemente diciendo que la mitad del
mundo considera a la Iglesia demasiado santa para la vida humana, y que la otra
mitad no la considera suficientemente santa. Podemos denominar a estas críticas
respectivamente como la pagana y la puritana.
I.
Es el pagano quien la acusa de excesiva santidad:
“Ustedes los católicos” – nos dicen –
“son demasiado duros con el pecado y no lo suficientemente indulgentes con la
pobre naturaleza humana. Déjenme tomar como ejemplo a los pecados de la carne.
Aquí hay una serie de deseos implantados por Dios o por la Naturaleza (puedes
elegir el nombre del poder detrás de la vida) con sabios y ciertamente
esenciales propósitos. Estos deseos son probablemente los más feroces conocidos
por el hombre y ciertamente los más atrayentes. Tal como sabemos, la naturaleza
humana es la cosa más extraordinariamente
inconsistente y vacilante. Ahora bien, yo estoy consciente que el abuso
de estas pasiones conduce al desastre, y que la naturaleza tiene sus
inexorables leyes y castigos. Pero ustedes los católicos agregan nuevos
horrores a la vida con la absurda e irracional insistencia en que los abusos
causan ofensas a Dios. Porque no solamente denuncian ferozmente “los actos de pecado”,
como lo llaman ustedes, sino que según parece presumen al ir más allá incluso hasta
el mismo deseo. Ustedes son lo bastante poco prácticos y crueles al decir que
entretenerse deliberadamente pensando en este pecado puede cortar al alma de la
entrega de los favores de Dios.
O, para ir más lejos, considera
ideales imposibles de soportar con respecto al matrimonio. Estos ideales tienen
cierta belleza propia para las personas que pueden aceptarlos. Tal vez ellos
puedan tener, usando una frase católica, los Consejos de Perfección, pero es
soberanamente ridículo insistir sobre esto como regla de conducta para toda la
humanidad. La naturaleza humana es la naturaleza humana. No puedes obligar a la
mayoría a seguir los sueños de unos pocos.
O
considera, para tener una mirada más amplia, las normas generales que sostienen
para nosotros las vidas de los santos. Estos santos aparecen al ordinario
hombre común como algo para nada admirable. No nos parece admirable que San
Luis apenas pueda levantar sus ojos del suelo; o que Santa Teresa se golpeara a
sí misma en una celda; o que San Francisco se flagelara a sí mismo con zarzas
por temor a estar cometiendo pecado. Este tipo de actitudes son total y
fantásticamente fastidiosas. Ustedes los católicos parecen apuntar hacia un
precepto que es simplemente indeseable. Ambos, métodos y fines, son igualmente
inhumanos e inadecuados para el mundo en el que vivimos. La verdadera religión
está seguramente algo, por lejos, más sensible que esto. La verdadera religión
no debiera forzar ni afanarse hasta lo imposible. No debiera buscar
perfeccionar la naturaleza humana a través de un proceso de mutilación. Ustedes
tienen una excelente puntería en algunos aspectos y excelentes métodos en
otros, pero con las supremas exigencias ustedes van completamente más allá de
los límites. Nosotros los paganos no estamos de acuerdo con su moralidad, y
tampoco admiramos a aquellos que ustedes aclaman como exitosos. Si ustedes fueran menos santos y más naturales;
menos idealistas y más prácticos, serían de gran ayuda para el mundo al cual
ustedes desean auxiliar. La religión debiera ser robusta, de un viril
crecimiento y no el delicado invernadero en que la han convertido”.
La segunda acusación proviene de los Puritanos:
“El catolicismo no es lo suficientemente santo para ser la Iglesia de Cristo,
porque ¡cuán complaciente es ella para con aquellos que nuevamente lo ultrajan
y lo crucifican a Él! Quizás no es verdad, como solemos pensar, que los
sacerdotes católicos realmente dejan a sus penitentes cometer pecados. Sin
embargo, la extraordinaria facilidad con la que es dada la absolución viene a
ser prácticamente lo mismo. Esta Iglesia lejos de haber elevado a la especie
humana ha rebajado, de hecho, sus
preceptos por su actitud para con aquellos de sus hijos que desobedecen las
leyes de Dios.
¡Considera lo que alguno de estos hijos
suyos han hecho! ¿Existe en la historia algún criminal más monumental que los
criminales católicos? Posee algunos hombres que han caído tan bajo como los
Borgia en la Edad Media, o como Gilles de Rais y una veintena de otros. ¿Cómo
hombres y mujeres que tal vez por su fe eran considerados “buenos católicos”,
sin embargo en sus vidas no eran más que una mera desgracia para la humanidad?
Observa los países latinos con sus apasionados registros de crímenes, tal como
la inmoralidad sexual de Francia y España, o la turbulenta y pródiga Irlanda, o
la brutalidad ignorancia del católico inglés. ¿Existe otra denominación de la
cristiandad que exhiba tales deplorables especímenes como las monjas
desbocadas, como los sacerdotes apóstatas o como los viciosos papas del
catolicismo? ¿Cómo es posible que estas historias de iniquidad sean dichas del
catolicismo del mismo modo como son dichas de cualquier otra secta no
cristiana? Aceptemos todas las exageraciones que quieras, todos los prejuicios
de los historiadores, todos los despechos de sus enemigos, y todavía existirán
seguramente vestigios suficientes de criminalidad católica para mostrar que lo
mejor de la Iglesia no es mejor que alguna otra religión, es más, es peor,
infinitamente peor. La Iglesia Católica por tanto, no es lo suficientemente
santa para ser la Iglesia de Cristo”.
II. Cuando dirigimos nuestra mirada a los
Evangelios encontramos que estas dos acusaciones son, de hecho, precisamente
aquellas que fueron interpuestas contra nuestro Divino Señor.
En primer lugar, indudablemente, Él fue
odiado por su santidad. ¿Quién puede dudar que los terribles preceptos que Él
predicó (la prédica católica que también es una de las acusaciones de los
paganos) fueron la principal causa de su rechazo? Porque después de todo, fue
Él quien primero proclamó que las Leyes de Dios obligan no solamente a la
acción, sino también al pensamiento. Pues fue Él el primero que pronunció que
el hombre es un asesino o un adúltero incluso cuando en su corazón desea estos
pecados. Fue Él quien elevó los preceptos de la Cristiandad a un precepto de
perfección. “Sed perfectos como mi Padre
Celestial es perfecto” ¿Quién ofrece a los hombres aspirar a ser buenos
como Dios?
Fue entonces Su santidad lo que primero
suscitó en Él la hostilidad del mundo: la radiante candente santidad con la que
Su sagrada humanidad fue revestida. “¿Quién
de vosotros me argüirá de pecado?...El que de vosotros esté libre de pecado,
que arroje la primera piedra.” Estas son palabras que traspasan los llanos
formalismos de los Escribas y Fariseos, y que despiertan un odio imperecedero.
Fue esto seguramente, lo que le condujo irresistiblemente a su rechazo final en
el balcón de Pilatos y la elección en su lugar de Barrabás: “¡Este hombre no! ¡No a
esta pieza de incorruptible perfección!; ¡no a esta Santidad que devela
nuestros corazones, sino a Barrabás! ¡Tan confortable pecador como nosotros
mismos! ¡A este ladrón en cuya compañía nos sentimos tan a gusto! ¡A este asesino cuya vida no es en absoluto un
contraste de la propia nuestra!” Jesucristo fue encontrado demasiado santo para
el mundo.
Pero por otra parte, tampoco fue
considerado lo suficientemente santo. Esta acusación fue explícitamente
presentada contra Él una y otra vez. Fue horroroso para estos guardianes de la
ley que este predicador de lo correcto pudiera sentarse junto a publicanos y
pecadores; que este profeta permitiera que una mujer como Magdalena lo tocara. Si de hecho este hombre
fuera un profeta, él no podría soportar estar en contacto con los pecadores; si
de hecho fuera celoso por el Reino de Dios, no podría tolerar la presencia de
tantos que eran enemigos suyos. Sin embargo, Él se sentó a la mesa de Zaqueo,
en silencio y sonriendo, en vez de suplicar para que el techo se cayera. Él
llamó a Mateo desde la oficina de impuestos en vez de hacerlos volar por los
aires a ambos. Él tocó al leproso, a quien la propia Ley de Dios declara
inmundo.
III. Estas son las dos acusaciones presentadas en
contra de los discípulos de Cristo, y en
contra del Maestro, y es innegable que
en ambas hay verdad.
Es verdad que la Iglesia Católica
predica una moralidad que está totalmente más allá del alcance de la naturaleza
humana abandonada a sí misma; que sus preceptos son preceptos de perfección y
que ella incluso prefiere el peldaño más bajo de la escalera sobrenatural al
más alto peldaño de la natural.
Y sin duda también es verdad que el
caído o el católico infiel es infinitamente el miembro más degradado de la
humanidad, más que un pagano o un protestante caído; que los monumentales
criminales de la historia son criminales católicos y que estos monstruos del
mundo (Enrique VIII, por ejemplo, sacrílego, asesino y adúltero; Martín Lutero
cuyo libro impreso de conversaciones alrededor de la mesa son indignas de cualquier casa respetable; o la
Reina Isabel, perjura, tiránica e impúdica) fueron personas que tuvieron todo
lo que la Iglesia Católica puede darles: los preceptos de su enseñanza, la guía
de su disciplina y la gracia de sus sacramentos. ¿Cómo reconciliar esta
paradoja?
(1)
Primero, la Iglesia Católica es Divina. Es decir, ella mora en los Cielos. Ella
mira siempre el rostro de Dios. Ella tiene consagrado en su corazón la Sagrada
Humanidad de Jesucristo y la impecable perfección de la Inmaculada Madre, desde
donde la Su humanidad fue extraída. ¿Cómo es entonces posible que ella deba
contentarse con cualquier pequeño precepto de perfección? Si ella fuese una
sociedad que se desarrolla desde abajo, es decir, una mera sociedad humana,
ella nunca podría avanzar más allá de aquellos preceptos que han sido escalados
en el pasado por sus hijos más nobles. Pero mientras en ella mora lo
sobrenatural; mientras María fue dotada desde lo alto con un don al cual ningún
otro ser humano podía aspirar; mientras el Sol de Justicia desciende desde los
Cielos para conducir a la vida humana
bajo términos humanos, ¿cómo puede ella contentarse con cualquiera cosa menor a
la altura desde donde estos provienen?
(2)
Pero ella también es humana y habita en medio de la humanidad. Ocupa un lugar
en el mundo con el objetivo expreso congregar para sí misma y santificar por su
gracia al mismo mundo que ha caído frente a Dios. Estos marginados y estos
pecadores son el gran material para el cual ella trabaja. Estos desechados
productos de la vida humana, estos desfigurados tipos y especímenes de la
humanidad que no tienen esperanza en nada excepto en ella.
Primeramente porque de hecho ella
desea poder levantarlos, y frecuentemente ha sido capaz de hacerlo, primero para la
santidad y luego para sus propios altares. Porque ella y por ella solamente levanta a los pobres estercoleros para ponerlos
junto al Príncipe. Ella coloca frente a la Magdalena y al ladrón nada menos
que sus propios preceptos de perfección.
Aunque en un sentido ella no se
satisface con nada menos que esto, en otro sentido ella está satisfecha con
infinitamente casi nada. Si ella puede traer al pecador hasta el borde mismo de
la Gracia; si ella puede sacar del asesino agonizante un llanto de contrición;
si ella puede volver los ojos de éste
hasta el crucifijo con una mirada de amor, sus labores estarán recompensadas
por mil. Porque si bien no lo ha conducido a la cabeza de la santidad, al menos
lo ha conducido a sus pies y lo ha colocado bajo la escalera de lo sobrenatural
que va del infierno hasta el Cielo.
Porque solo ella tiene este poder.
Solo ella es completamente confidente en la presencia del pecador, porque solo
ella tiene el secreto de la cura. En su confesionario está la Sangre que puede
hacer al alma limpia, y en su Tabernáculo está el Cuerpo que será su alimento
de vida eterna. Solo ella se atreve a ser su amiga porque solo ella puede ser
su salvadora. Entonces, si sus santos son un signo de su identidad, no menos lo
son sus pecadores.
Porque ella no solamente es la Majestad
de Dios habitando en la tierra, ella también es Su amor, y por tanto, sus limitaciones
son únicamente de ella. Este Sol de Misericordia que brilla y esta Lluvia de
Caridad que escurre, sobre buenos y malos,
son el gran Sol y la gran Lluvia que da la vida de ella. Si yo subo a los Cielos ella está ahí, entronizada
con Cristo, a la mano derecha de Dios; si yo
desciendo a los infiernos también ella está ahí, haciendo retroceder a las
almas del abismo desde donde ella puede rescatarlos. Porque ella es esta gran
escalera que ya hace tanto tiempo vio Jacob. La escalera plantada aquí en la
sangre y en el limo de la tierra, elevándose hacia la inmaculada Luz del
Cordero. La santidad y la no santidad son ambas suyas por igual, y ella no se
avergüenza de ninguna de las dos: la santidad de su propia Divinidad, la cual
pertenece a Cristo, y la no santidad de aquellos marginados miembros de su
humanidad a los cuales ella sirve.
Por su poder, que es de Cristo, la
Magdalena se convierte en penitente, y el ladrón fue el primero de los redimidos,
y a Pedro, la débil arena de la humanidad, en la Roca sobre la cual ella está construida.
sábado, 8 de noviembre de 2014
Imágenes de la Misa de Inicio Mes de María, Parroquia San Benito Viña del Mar
Las siguientes imágenes corresponden a la Santa Misa Tradicional cantada por el padre Carlos Hamel, de la Fraternidad San José Custodio, en la Parroquia San Benito, Viña del Mar, hoy 8 de Noviembre.
Es tradicional en Chile dedicar este mes para honrar a nuestra Madre y para pedir por su intercesión. No nos olvidemos pues, de provechar este tiempo primaveral para depositar a los pies de la Inmaculada Concepción nuestras flores y nuestras plegarias.
Es tradicional en Chile dedicar este mes para honrar a nuestra Madre y para pedir por su intercesión. No nos olvidemos pues, de provechar este tiempo primaveral para depositar a los pies de la Inmaculada Concepción nuestras flores y nuestras plegarias.
lunes, 3 de noviembre de 2014
Invitación a Misa Tradicional en Parroquia San Benito, Viña del Mar, 8 de Noviembre
Están todos invitados.
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