Beatrice Atherton pertenece al consejo
de dirección de Marchando Religión, su famoso blog, Bensonians,
es de las páginas más visitadas de la bloggesfera. Muchos de nosotros hemos
conocido la obra única e inigualable de Monseñor Benson gracias a Beatrice.
Ella, se define a sí misma como: “esposa y madre de seis hijos,
amante de la Santa Misa Tradicional”, con esta definición uno no necesita
decir nada más de sí, está todo dicho, es una persona que ama la Tradición de
la Iglesia y que se da a los demás buscando la salvación de las almas y lo hace
tanto a través de sus escritos como de sus obras diarias.
Nuestra compañera ha tenido a bien compartir con todos los lectores,
la imagen de un hombre cuya figura hoy vuelve a resurgir a la gloria que tiempo
atrás se le negó, Monseñor Benson, un ejemplo de conversión, dejó el
anglicanismo para venir a la única religión verdadera, el catolicismo,
¿Quieren adentrarse en su vida y en su obra? Les invitamos a ello
Pregunta: Querida Beatrice, lo primero agradecerte el que nos permitas con
esta entrevista acercanos de tu mano a la personalidad de Monseñor Benson, del
cual tú, eres una de las personas que mejor conoce su vida y su obra. Tu blog,
Bensonians, se puede decir que es un arrebato de amor hacia su figura. Pero
antes de entrar en la vida de Monseñor, permíteme que te pregunte, ¿Quién es
Beatrice Atherton y cómo te iniciaste en el conocimiento de la vida de Monseñor
Benson? ¿Qué te llevó a indagar en su vida?
Respuesta: Antes de entrar a responder lo que me preguntas quiero agradecer la
oportunidad de formar parte del comité editor de Marchando Religión que, ya
desde las primeras semanas, ha mostrado ser una excelente página católica, con
buenos y novedosos artículos. Existen varias páginas en diferentes idiomas y
más o menos siempre tratan de los mismos temas, de las noticias que nos llegan
del Vaticano, entre otros temas, sin embargo, Marchando va más allá y junto con
publicar artículos que van en la misma línea de estos sitios, se destaca por
incluir además temas que han sido poco tratados o que tienen una mirada
diferente.
Paso ahora a responder tus preguntas. Beatrice Atherton es mi alter
ego, es un pseudómino que me ha llenado de satisfacciones y alegrías. Muchos
creen que es mi verdadero nombre, pero no es así y la verdad es que me encanta
usarlo. He tomado este nombre
precisamente de un personaje de las novelas históricas de Monseñor Benson “El
triunfo del Rey”, y que forma parte de la trilogía de novelas de la época de la
reforma en Inglaterra. Es una mujer muy valiente e inteligente, amiga nada
menos que de Santo Tomás Moro a quien considera casi como una hija. Espero
estar a la altura de este personaje en cuanto a sus virtudes.
¿Cómo conocí a Benson? Mi esposo me comentó un día que un sacerdote de
la FSSPX le había recomendado leer “El Señor del Mundo” y me encargó le
comprara el libro por internet. Esto fue el año 2009 más o menos, tal vez un
poco antes. Cuando llegó el libro yo fui la primera en leerlo y me enamoré del
estilo de Benson y sentí mucha curiosidad por este sacerdote que, en la
contraportada del libro, salía rodeado de enormes rosales dándole de comer a un
perrito que esperaba con ansias le diera lo que tenía en la mano. Es una bella
fotografía de monseñor en su casa de Hare Street. Comencé a averiguar sobre su vida
y su obra, y de ahí en adelante no he parado. Soy una enamorada de la obra y de
la persona e Benson a quien siento muy cercano.
Es así como se le conoce ahora a Benson,
alguien te recomienda un libro y luego esa persona lo vuelve a recomendar. Me
pareció entonces que el boca a boca no era suficiente y de ahí que decidiera a
crear el blog. Confieso, empero, que no he leído todas sus obras. La mayoría
está en inglés o simplemente no se encuentra en internet. De a poco me he ido
haciendo de una pequeña biblioteca con sus escritos, ya que afortunadamente se
están publicando bajo demanda en algunas editoriales que la imprimen a pedido.
Gracias a eso he ido engrosando mi sección de la biblioteca dedicada a Benson.
¡Pero aún me faltan muchos!
(P) Beatrice, Benson fue una de las grandes presencias de la
literatura inglesa, sin embargo, su figura se fue apagando, Joseph Pearce decía: “Robert
Hugh Benson fue aclamado en su tiempo como una de las principales figuras de la
literatura inglesa. No obstante, hoy ha sido olvidado casi por completo fuera
de los círculos católicos, e incluso es tristemente arrinconado entre ellos”, ¿estás de acuerdo con esta afirmación de Pearse y de
ser así, por qué crees que sucedió esto?
(R)Efectivamente es así, y coincido con Pearce, pero poco a poco la
situación comienza a revertirse, aunque aún falta mucho para que se le conozca
masivamente. Al menos llega a más público ahora, un público que está interesado
en encontrar literatura espiritual católica, aunque sigue siendo un círculo bastante
pequeño. Si uno retrocede un poco en el tiempo, algo así como unos quince años,
a Benson no lo conocía casi nadie, salvo un puñado de intelectuales católicos
amantes de la literatura de los conversos del siglo XIX y XX. Esto es asombroso, pensando en que cuando
Benson estaba vivo en sus años de apogeo entre 1904 y 1914, año en que
falleció, era mundialmente conocido. Daba conferencias y retiros en Roma, en
Nueva York, a lo largo y ancho del Reino Unido, en fin, era muy conocido además
porque era nada menos que el hijo del arzobispo de Canterbury que se había convertido
al catolicismo. Creo que su olvido puede explicarse por varios factores que
sumaron en su contra. Falleció muy joven, tenía 43 años, y nadie se esperaba
que muriera de un día para otro. Quizás si hubiera vivido más, hubiera escrito
mucho más también extendiendo el alcance de su obra por más tiempo y a más
personas. Sus amigos hicieron grandes esfuerzos para perpetuar su obra, pero
una vez que ellos fallecieron, la llama se fue apagando.
Benson fue como una llama del
catolicismo en la Inglaterra protestante que se negaba a perdonar que un hijo
suyo se hubiera pasado al bando enemigo. No me caben dudas de que esto también
influyó en que pasara al olvido. Nosotros católicos de nacimiento, que vivimos
en países católicos – lo digo así en términos reales para que se entienda – no
logramos dimensionar lo que significaba en esos tiempos ser católico en el
Reino Unido y menos lo duro que fue para Hugh enfrentar el paso que dio al
convertirse.
(P) “Señor del mundo” fue una de sus obras cumbre, sin embargo, en el
momento de su fallecimiento pasó al ostracismo, ¿Crees que los
acontecimientos del momento, como la primera guerra mundial, tuvieron que ver
en este aspecto?
(R) Por supuesto, tuvo la mala fortuna de fallecer a inicios de la Primera
Guerra Mundial, en octubre de 1914, y el alma de los europeos estaba en ese
momento presente en la Gran Guerra. La Primera Guerra produjo un enorme daño,
una fractura en el ambiente intelectual donde Benson se movía. Recordemos que
tanto la Universidad de Oxford como la de Cambridge, donde él estudió,
perdieron a muchos jóvenes prominentes de la cultura e intelectualidad
británica, y cuando la guerra terminó los que sobrevivieron tuvieron que
enfrentarse al duelo y al dolor de la pérdida. Sanar ellos mismos y volver a
empezar. Después de cuatro largos años de una absurda guerra, no hubo tiempo
para recordar a este sacerdote que murió cuando ellos estaban en el frente.
(P) Benson falleció joven, ¿Cómo crees que hubiera sido su vida de
Sacerdote si hubiera podido cumplir más años? ¿Crees que lo hubiéramos visto en
su casa de Hare Street combatiendo los errores
del modernismo, o dando retiros espirituales?
(R) A mí me encanta hacer este juego de ucronía: que hubiera sido si…Monseñor
Benson se había retirado de la vida parroquial y de la capellanía de las
universidades porque estaba convencido de que serviría a Dios y a la Iglesia en
el retiro de su casa en Hare Street. Él amaba la vida de oración y admiraba a
los contemplativos. Sabía que podía hacer mucho bien por la salvación de las
almas y por la Gloria de Dios dando retiros, haciendo apologética, haciendo –
lo que algunos desde el Vaticano mismo niegan – proselitismo, porque como
converso que era ardía dentro suyo este celo por transmitir y dar a conocer la
Verdad. Entonces, teniendo presente lo que te acabo de decir, lo veo
recorriendo Europa y América dando conferencia, escribiendo más novelas. Hubiera
seguido respondiendo su voluminosa correspondencia y hubiera seguido dirigiendo
espiritualmente a sus hijos e hijas conversos suyos. Le hubieran seguido
llamando para que predicara sermones en las iglesias y capillas del Reino
Unido, y desde luego, que hubiera combatido el modernismo que empezaba a
colarse en la Iglesia. Monseñor era una persona muy organizada y tenía tiempo
para dedicarlo al jardín, a sus manualidades con los gobelinos y el tallado de
la madera, como para preparar conferencias y prédicas, escribir y dedicarse a
la oración.
(P) Beatrice, háblanos de esa novela inacabada que dejó Benson que no
llegó a ver la luz.
(R)En la biografía de Benson escrita por el padre C. C. Martindale
aparecen dos novelas que no pudieron ver la luz. Benson las dejó esbozadas
titulando los capítulos. Una trataría sobre la historia de un capellán militar
en la Gran Guerra que en el frente cae prisionero de los alemanes y que logra
escapar gracias a la ayuda de los católicos bávaros. Hubiera sido una
entretenida novela llena de aventuras, y no me cabe la menor duda que, como
siempre ocurre en sus novelas, llena además de enseñanzas para la vida
católica. Benson recurre a sus novelas para transmitir la doctrina católica,
como un método de apostolado. La otra novela que dejó inconcluso era la
historia de la casa de Hare Street y en cómo la había transformado.
(P) De ser uno de los autores más cotizados de la primera mitad del siglo
XX pasó a ser un olvidado, el Padre Castellani decía que había tenido serios
problemas para encontrar sus obras: “La búsqueda
fue infructuosa; aparentemente, las obras del admirable novelista no se
reimprimen más”. ¿A día de hoy, como es
la situación de las obras de Monseñor Benson, están accesibles en el mercado,
en las bibliotecas, hay un resurgir de su figura o sigue siendo una tarea ardua
acceder a sus escritos?
(R) Tal como te lo señalé anteriormente, afortunadamente ahora se están
haciendo nuevas ediciones y buenas traducciones al español. Sergio Gomez Bolaño
es un especialista de Benson en España y él ha traducido ya varias de sus novelas
que se han vendido muy bien, entre las que se cuentan “El amanecer de todo”,
“Historias sobrenaturales y La Luz Invisible”. También podemos encontrar en
inglés casi todas sus obras gratis en varios sitios donde se pueden descargar,
esto para aquellos que puedan leer en inglés. Por mi parte yo tengo ya
traducida una novela suya muy hermosa llamada “Richard Raynal, ermitaño” y,
espero, una vez que la haya traspasado la traducción de mi borrador al
ordenador, buscar un editor para publicarla. Me queda bastante poco para
terminar este trabajo, y si Dios quiere el año que viene me abocaré a traducir
otra de sus novelas que se titula Iniciación, y hace referencia al sentido
cristiano del dolor.
(P)Beatrice, ¿Cómo era la
personalidad de Benson, cómo fue su infancia? Su hermano decía que podía
acometer todo aquello que se proponía: música, pintura, dibujo, ¿era un alma
especialmente dotada para la sensibilidad?
(R)Robert Hugh Benson fue el menor de seis
hermanos, todos ellos amantes de las letras y sus dos hermanos mayores se
destacaron también como escritores, Arthur Christopher y Frederick. Lo que
sabemos de su infancia es bien poco. Tenemos el testimonio de su hermano Arthur
quien escribe una biografía de su hermano menor en donde nos entrega rasgos de
su personalidad y de su carácter. Durante su infancia no se destaca mayormente,
nadie podía imaginarse que en el futuro este niño lo veríamos desarrollarse tan
distintos ámbitos, desde la literatura hasta el arte manual. Diría que fue como
cualquier niño normal, algo más soñador, rápido e inventivo, bastante inventivo.
Me recuerda a esos niños traviesos que viven haciendo inventos un tanto
peligrosos. Su hermana Margareth en una carta que le envía a su hermano Arthur
cuando Hugh tenía diez años dice lo siguiente: “Hugh tiene una locura espantosa
por inventar instrumentos asesinos. Ha inventado una guillotina y dos pistolas.
En la parte de atrás de una de estas ha escrito: muerte segura si se dispara.”
No era un niño muy robusto y atlético, sino que más bien enfermizo y pequeño de
altura, por esto su entretenimiento era soñar y llenarse de fantasías
imaginativas. Todo esto ayudó a que desarrollara una sensibilidad especial para
el arte y la literatura, y con arte me refiero a la pintura, a la música, etc.
Benson tocaba muy bien el piano y acompañaba, cuando no era él quien oficiaba
la Santa Misa en su casa, con el armonio la celebración de la Misa.
Creo que le faltó madurez en su infancia
y adolescencia para haberse largado antes a manifestar sus dones. Todo su talento
se desbordó tan solo quince años antes de morir.
(P) Háblanos de cómo fue la conversión de Monseñor Benson, ¿Cómo es
posible que el hijo de un primado anglicano se convirtiera al Catolicismo?
(R) La conversión de Benson al catolicismo no fue como
aquellas fulminantes de un día para otro, sino que fue el resultado de un
proceso meditado y de mucha oración. La Providencia de Dios siempre nos está
llamando y hay algunas personas que son más proclives a escuchar su llamado y
Benson fue una de estas personas. El proceso comienza a desencadenarse tras
súbita muerte de su padre. A raíz de esta pérdida y debido al enorme exceso de
trabajo que tenía – había sido ordenado sacerdote anglicano y trabajaba en una
misión en el barrio londinense de Eton – emprende un viaje junto a su madre y a
su hermana por Egipto y Tierra Santa. Ahí es donde tiene su primer encuentro
con el catolicismo y se da cuenta que fuera de Inglaterra el anglicanismo no es
nada. Fuera de Inglaterra parecía no existir. También influyó en que comenzara
a pensar si Roma estaría en lo cierto por la conversión del padre Basil
Maturin, que era un gran predicador. De regreso a Inglaterra y ahora haciendo
un trabajo pastoral en Kent se acerca cada vez más a los ritos más tradicionales
de la liturgia anglicana. La belleza de la liturgia tradicional también lo acerca
a la Iglesia. Hay una frase de Benson que me identifica especialmente por el
amor que le tengo a la liturgia tradicional, ya que la fe se manifiesta también
a través de las formas externas. Dice así: “la fe debía ir unida a sus
manifestaciones, y que sería un esfuerzo inútil predicar una religión
desprovista de sus expresiones externas más elementales” La fe puede
acrecentarse gracias a la belleza del culto, a sus formas externas.
Decide entrar entonces a una comunidad de vida
contemplativa en Mirfield que auqnue eran anglicanos, llevaban una vida al
estilo benedictino. Allí se siente atraído por el culto, que se hace de modo
solemne. Poco a poco comienzan más y más dudas acerca de si está siendo fiel a
Cristo siendo anglicano, ya que se da cuenta de que la “teoría” anglicana no
resulta. Hay demasiadas contradicciones doctrinales y litúrgicas. Lo que
afirmaba un grupo más liberal de la iglesia anglicana, el otro la negaba y
viceversa. Él nombra, por ejemplo, el caso de la reconciliación, del sacramento
de la confesión para nosotros. Unos afirmaban que era necesario para la
salvación y otros no. Los liberales descuidaban la liturgia, y las comunidades
más tradicionales trataban de hacerla de modo más solmene. No se puede pertenecer a una iglesia donde conviven
doctrinas tan diferente. Y Dios no puede contradecirse, de modo que, algo está
mal.
No quiero alargarme en la historia de su conversión.
Me resta decir nada más que buscó y buscó de forma intensa, bajo una gran inquietud
espiritual quien le diera respuestas en la iglesia anglicana, y no se las
dieron. Las dudas y el combate interior se hizo cada vez más profundo. Un
hombre como Benson que buscaba la Verdad y servir a Dios como buen cristiano,
no podía seguir engañándose a sí mismo perteneciendo a una iglesia que
permanentemente se contradecía en su doctrina.
(P) En su periodo en Londres, después de dejar Eton, algo se empieza a
mover en su interior, él mismo recordaba distintos momentos en la catedral de
San Pablo: “Aquella música abrió en mí una brecha
por la que empecé a vislumbrar el mundo del espíritu”, ¿Qué está sucediendo en la vida de Benson para sorprender
a sus familiares y que se decida a tomar las órdenes anglicanas?
(R) A mí me resulta muy significativo ver
cómo la Providencia de Dios le fue guiando en búsqueda de la Verdad, y cómo a
todos, en general, las decisiones que vamos tomando cada día, por muy pequeñas
que sean, marcan para siempre nuestro futuro. Parece obvio, pero basta que en
un momento determinado tomemos una pequeña decisión para que esa decisión
marque para siempre el futuro. En Hugh Benson fue exactamente esto. Él estudió
en Eton, y luego decide egresar para prepararse para el servicio civil en la
India. Se prepara durante un año, pero no consigue entrar porque al parecer no
se lo tomó muy en serio. Y mientras se prepara en Londres asiste a los
servicios de la Catedral de San Pablo donde gracias a la música y a las
ceremonias de la High Church comienza un acercamiento a una religión más
personal. Tal como te señalé arriba, en
la belleza y solemnidad del culto descubre el mundo del espíritu y el sentido
del culto. Lo ayudó también en este
descubrimiento un libro que marcó el inicio de su vida espiritual que fue John
Inglesant, de Shorthouse. Desechado lo de la India, entra a estudiar a
Cambrigde, en el Trinity College. Ahí ve interrumpido este proceso de
acercamiento al culto y a la vida sobrenatural. Dice en las Confesiones de un
Converso que fue la música, en especial la música de la liturgia del King´s
College, lo que lo mantuvo unido a lo sobrenatural. Y nuevamente nos topamos
con la importancia de las formas externas para acercarnos a lo sobrenatural.
¡La música! Vaya que sí tiene importancia. Benson por ese entonces vivía una
religión bastante impersonal, una religión bastante plana, sin mayor
entusiasmo, más bien estética y que no influía mayormente en sus actos. Recordemos
que Hugh no mostraba mayor interés por nada en especial y sorprendentemente
decide hacerse sacerdote, y ni él mismo – según confiesa – sabe bien por qué,
quizás por el simple hecho de que la vida sacerdotal le parecía que no requería
de un mayor esfuerzo. Benson es muy honesto al confesar esto. Dice su hermano Arthur y lo repite su biógrafo
Martindale que, aunque iba a los servicios religiosos en el King´s, él no tenía
una vida religiosa real. Tenía más bien un amor medio emocional medio místico
por la figura de Cristo. Tal como lo señala en Las Confesiones, él solo
esperaba ser un clérigo rural, con un hermoso jardín, un exquisito coro y una
sobria vida de soltero. La verdad es que conociendo lo que él fue después como
católico, un apasionado por Cristo, esto no deja de sorprender.
Hugh también reconoce que se planteó la
posibilidad de este llamado al sacerdocio cuando una de sus hermanas fallece de
difteria. En su lecho de muerte ella le envía un mensaje de esperanza y de amor
a su hermanito menor lo cual le afectó profundamente y se replantea su vida,
influyendo en su decisión.
Finalmente es ordenado por su propio
padre 1895.
(P) A los 27 años ingresa en la vida
contemplativa, ¿Qué crees que le empujó a una decisión que extrañó a propios
y extraños?
(R) Nuestro Señor continuaba poniéndole
“trampas” para guiarlo hacia la única verdadera Iglesia por Él fundada. Después
de su viaje a Egipto, fue destinado a Kemsing, donde por su delicado estado de
salud, no le asignaron mucho trabajo. Lo
que lo empuja a la vida contemplativa, es la inquietud que siente su alma por
llevar una vida demasiado feliz, demasiado feliz para ser la adecuada, lo que
le producía una incomodidad. Tras un año
ahí, comenzaron de nuevo sus inquietudes. Inquietudes que provenían del
aislamiento en que se encontraba el anglicanismo, por un lado, y por otro, la
contundencia de los argumentos de la Iglesia Católica en comparación con los de
la iglesia de Inglaterra. Junto con esto
había empezado a visitar a unas monjas anglicanas que realizaban sus ritos y
sus prácticas casi idénticas a las católicas, sintiéndose muy atraído por el
modo en que celebraran la liturgia. Por esta época descubre que el trabajo
pastoral no le interesa, no se siente a gusto. Había empezado además a
destacarse por ser un excelente predicador, así que decide ingresar a la
Comunidad Anglicana de la Resurrección en Mirfield en 1898, donde se dedicaban
a la oración, al estudio una mitad del año y la otra a las misiones y a la
predicación.
(P) Beatrice, háblanos de una novela que Monseñor escribe en ese mismo
período, “The Light Invisible” (La Luz Invisible), el Sacerdote protagonista, ¿Es
católico o anglicano? ¿Tiene algo que ver esa novela con lo que él estaba
viviendo?
(R) Durante su permanencia en Mirfield
escribe esta novela que contiene una serie de relatos contados por un joven
quien es amigo de un anciano sacerdote que tiene el extraordinario don de vivir
experiencias sobrenaturales, místicas, en concordancia con la atracción que
había comenzado a tener Benson, en ese momento y también posteriormente, por el
tema del misticismo. Benson la escribió
cuando le habían asaltado nuevas dudas sobre la iglesia anglicana. Al momento
de escribir esta novela desarrollaba en él un intenso combate interior contra
las dudas que lo atormentaban. Es por esto mismo que nunca sabremos si el
sacerdote protagonista era católico o anglicano. Dice Benson que era tal el grado
de desconfianza en la iglesia anglicana en ese momento que no pudo describir a
su protagonista como anglicano. Con el paso de los años y una vez que se hubo
convertido este libro le producirá un gran desagrado porque lo encuentra lleno
de sentimentalismo y de experiencias místicas. A mí en lo personal, me gusta
este libro y de hecho lo tengo traducido en mi blog, aunque me faltan un par de
capítulos para terminarlo. No es un libro para tomárselo muy en serio desde el
punto de vista dogmático, no va por ahí. Más bien hay que considerarlo como un
libro de cuentos de experiencias sobrenaturales, de manifestaciones
sobrenaturales casi anecdóticas.
(P) En el año 1902 en el momento de dar sus votos perpetuos,
se produce un hecho crucial, escribe una carta llena de sinceridad al Padre
Tyrrell, ¿quién era este Sacerdote, que le exponía Benson en esa carta y que
le contestó Tyrrel?
(R) Hugh pasa por periodos en que las dudas
vuelen a aparecer. La iglesia anglicana
no tiene criterios únicos ni claros en lo que compete a la salvación de las
almas. Estamos en junio de 1902, sigue en Mirfield y su espíritu vuelve a
ponerse inquieto. Necesita que lo guíen, que le den respuestas, porque a esta
altura de su vida parece ser más católico que anglicano ya que ha llegado a
creer cada uno de los dogmas católicos. Con el permiso de su superior le
escribe a uno de los sacerdotes jesuitas más famosos de la época en esos años y
él había leído la mayoría de sus libros. La carta está íntegra en la biografía
del padre Martindale y es muy interesante leer cómo Benson le explica punto por
punto el proceso que le ha llevado a tener “fuertes inclinaciones hacia Roma.
En la carta le expone aquellos obstáculos que le impiden la sumisión a Roma y
necesita que el padre Tyrrell se los aclare. Al final de esta le pide a Tyrrell
que diga una misa por él.
Mala idea la de escribirle a uno de los
principales exponentes del modernismo el siglo XX, si dudas con la mejor de las
intenciones. Sin embargo, Monseñor se da cuenta de inmediato con la respuesta
que le da Tyrrell que este sacerdote tenía algo sospechoso y que no podía
representar la verdadera doctrina católica. Lo que más le llamó la atención a
Benson fue que al final de la carta Tyrrell le pide sus oraciones y solicita,
tal como Benson le había pedido a él, que lo encomiende en su misa. ¡Qué diga
una “misa” anglicana por él! Quizás a la mayoría de los católicos de a pie que
parecen haberse acostumbrado a este falso ecumenismo no le suene tan raro
esto. El común de los católicos al ver a
pontífice actual arrodillado recibiendo una “bendición” de un pastor
protestante no le produce mayor inquietud, no se escandaliza y hasta lo
encuentra de lo más humilde de parte de la autoridad eclesiástica, pero para
para un verdadero católico eso es impensado.
Benson desconfió de inmediato sobre la sana doctrina de Tyrell. Lo más
grave fue que Tyrrell le dice que se quede donde está, que no se convierta. ¿Entonces
en la Iglesia Católica también existe la unidad de doctrina que él busca? La
excomunión de Tyrrell por parte de San Pio X en 1908 le dio la razón a Benson acerca de las
sospechas y las aprehensiones de este modernista. Dice Benson que quienes
desvirtúan las enseñanzas de la Iglesia no pueden ser sus representantes.
(P) Háblanos de sus Confesiones y de las
cartas de ese período, ¿Qué estaba sucediendo en el interior de Benson? ¿La
angustia que vivía y las dudas que se le presentaban tenían alguna relación
también con su madre?
(R) La respuesta de Tyrrell no lo ayudó
mucho como podrás imaginar. El “quédese donde está” estuvo lejos de ayudar a
sosegar su espíritu. Decide permanecer en Mirfield y dado el estado de angustia
y de ansiedad en el que se encontraba, se le ordena dedicarse a un arduo
trabajo manual, el estudio, a la ferviente oración, y a predicar misiones. Es
precisamente en la misión que predicó para el Viernes Santo que se dio cuenta
que la situación ya no daba para más.
Me preguntas por las cartas de esta
época, bueno, en ellas siempre ve nota su honestidad intelectual y su firme
deseo de ser fiel a Dios. Una profunda intuición y el continuo llamado de Dios
a su alma le hacen buscar un lugar firme donde asentar su morada. La oración se
hace más intensa, hay otros – católicos – que están rezando fervientemente por
su conversión. Le pide a Dios le ilumine…yo me coloco en su lugar y trato de
imaginar por lo que estaba pasando vista además su posición como hijo del
último arzobispo de Canterbury, todo el mundo que él conoce sus familiares, sus
amigos, son anglicanos. No conoce a ningún católico, no tiene idea cómo
desenvolverse en el mundo católico y está a punto de dar el gran salto.
Sin dudas que, iluminado por Dios,
comprende que la Iglesia no ha sido fundada para los eruditos, ni que tampoco
es un asunto intelectual. La Iglesia ha sido fundada para la salvación de las
almas. Intensifica entonces la oración, refugiándose en Dios, reza
jaculatorias, se hace violencia para no caer en el quietismo. Entonces caen en
sus manos algunos libros que lo llevaron a definirse: El desarrollo de la
doctrina cristiana, del Cardenal Newman, Doctrina y disrupción doctrinal de
William Mallock y un libro de un pastor anglicano llamado Spencer Jones
titulado Inglaterra y la Santa Sede.
La situación no da para más y pide
permiso a su superior en Mirfield, obteniendo el permiso para pasar la Navidad
con su madre. La señora Benson era una de las mujeres más inteligentes de la
época y tenía una formación intelectual muy elevada, la cual fue capaz de
transmitir a sus hijos. Tal como cuenta su hermano Arthur en el libro sobre
Hugh, su madre nunca les exigió una obediencia ciega, sino crítica y razonable.
Sus hijos tenían su entera confianza y fue una persona muy cercana a cada uno
de ellos, pero en especial a su hijo menor.
Si en el mundo había alguien a quien él amara después de Dios era a su
madre. A ella le consultaba todo. Me permito citar a Arthur, “El resultado de
todo esto es que vino a consultarla sobre todo, sobre sus planes, sus planes,
sus libros, sus creencias. Le leyó todos sus escritos en voz alta y le dio mucha
importancia a su mente francamente crítica y su visión profundamente humana. En
el momento en que él tendió a Roma, ella lo acompañaba a cada paso del camino,
aunque nunca ocultaba sus propias diferencias de opinión y creencia. Fue debido
a ella que él suspendió su decisión, leyó libros, consultó a amigos, le dio
mucho peso a la antigua tradición”. Hugh por deferencia a su madre, aunque ya
tenía decidido convertirse, se entrevista con prominentes personajes de la
iglesia anglicana, pero esto, lejos de frenarlo en su decisión, hecho más leña
al fuego y le sirvió más bien para combatir las sugerencias con las que
instintivamente no estaba de acuerdo.
Debemos intentar ponernos en la
situación de Benson. Me imagino que es similar a aquella que nos ocurre cuando
tenemos que tomar una decisión muy importante. Nos damos vueltas y vueltas, la
intranquilidad no nos deja, nuestra mente está todo el día rumiando las ideas
que dan argumentos a favor y en contra de lo que queremos hacer. Así estaba
Monseñor, pero una vez dado el paso, todo se calmó y el alma encontró la paz.
Pero fue realmente angustiante, como una sensación de cautiverio, tal como lo
describe en una carta.
(P) ¿Cómo fue el momento de su conversión y que frutos produjo en
las almas de los que estaban próximos a él?
(R) Pasó la Navidad con su madre y es por esta época que escribe el primer
libro de la trilogía isabelina “¿Con qué autoridad?”, que le sirve como válvula
de escape. Pasa horas y horas encerrado en su habitación llenando páginas y
páginas con antecedentes históricos y cuadros de la época para escribir esta
novela. Estudiado este periodo se da cuenta cómo habían sido perseguidos los
sacerdotes católicos por el hecho de celebrar la Santa Misa, tal como él pensaba
también la hacía. Dice Benson en Las Confesiones: “Suponía que nuestras mesas
de madera para celebrar la Comunión eran altares, pero en la época de los Tudor
las antiguas piedras de los altares fueron deliberadamente profanadas y
ultrajadas por funcionarios de la Iglesia a la yo pertenecía oficialmente, y
sustituías por mesas de madera. Cosas que en Mirfield me resultaban tan
queridas – ornamentos, crucifijos, rosarios – fueron denunciados en tiempos de
Isabel como “baratijas” y “amuletos”. Comencé a inquietarme y poco después dejé
de celebrar el oficio de la Comunión”. Parecía que todo le llevaba a la
Iglesia.
Pasa el tiempo y lleva julio de 1903 y recibe el ultimátum del Mirfield
para que volviera o abandonara para siempre. Tengo que señalar que él ya se
había puesto en contacto con algunos católicos para que lo ayudaran con sus
dificultades. Entre estas personas se encontraba el padre David Richards,
también converso, quien le presentó al padre Vicent McNabb y al padre Dom John
Champman o.s.b.
Emprende un viaje en bicicleta, vestido de laico por un mes, por el sur
de Inglaterra. Va a la cartuja de San Hugh recomendado por el padre Richards,
luego continua su viaje a Chichester donde comulga en su catedral por última
vez como anglicano. Pasa por fuera de Mirfield, como para despedirse de sus
muros y con la autorización de su madre un día 7 de septiembre de 1903 Benson
abandona su casa materna y emprende rumbo al priorato de Woodchester, donde es acogido
por el padre Reginald Buckler o.p. A las seis y media de la tarde del viernes
11 de septiembre, el padre Buckler escucha su confesión, arrodillado en la
capilla del priorato, hace los actos de fe, esperanza y caridad, un acto de
contrición y recibe la absolución. Así fue recibido en la Iglesia.
Benson estaba plenamente consciente de los costos que humanamente iba a
significar su conversión. Sabía que sería tratado como traidor, que perdería
amistades, posición. De hecho, muchos anglicanos le escribieron regañándolo por
haber traicionado la memoria de su padre. Pero otros también lo felicitaron y
celebraron su valentía con amabilidad y sinceridad. Su conversión arrastró a
otros muchos más que siguieron su ejemplo, muchos jóvenes fueron recibidos por
él en la Iglesia. A propósito de esto cuenta Arthur que cuando Hugh llegó como
capellán católico a Cambridge con el tiempo se convirtió en el mejor predicador
de la universidad y una muchedumbre de jóvenes pregraduados iba a escucharle y
se hacían católicos, encendiendo las alarmas en la comunidad anglicana. Tal fue
el revuelto que se le pidió a Arthur que hablara con su hermano para que dejara
Cambridge porque se estaba llevando el rebaño. La respuesta del hermano mayor
fue que mejor ellos trajeran algún predicador anglicano persuasivo y elocuente
mejor que Hugh. Fueron cientos los que se convirtieron en católicos por
influencia indirecta o directa de Hugn Benson.
(P) Ya finalizando nuestra entrevista, me gustaría
que nos contaras cómo fue Monseñor Benson, el Sacerdote Católico
(R) Como católico fue que todo su talento se desarrolló, de hecho fue el
comienzo de su etapa más prolífera no solo como escritor, sino también como
predicador, director de almas. Tuvo la oportunidad de hacer apostolado tal como
él lo deseaba, sin estar en una parroquia. Pudo hacer mucho más proselitismo y
evangelización desde su casa en Hare Street, viajando por Europa y América. Su
sueño era poder hacer de esta verdadera villa que había comprado una colonia
católica, pero la muerte frustró sus planes.
Todo el trabajo apostólico que llevó a cabo, y que si uno lo analiza
bien, era casi titánico, hubiera sido imposible sin la oración, si no hubiera
le hubiera dedicado gran parte del día a la oración. ¿Cómo era posible que un
día hiciera tantas cosas? Por la gracia de la oración que lo animaba y de entre
todas las oraciones, la más sublime: la Santa Misa. Un amigo le preguntó en
cierta ocasión qué era lo que más le gustaba hacer y el respondió: “Decir la
Santa Misa, y después tal vez, escribir mis novelas”. La Santa Misa era para la
él, la culminación de lo más sagrado y de lo más querido, como lo señala su
hermano Arthur. Para las cosas de Dios, parece decirnos, no hay descanso. Y no
descansó por el celo por la salvación de las almas y por amor a Dios hasta que
el exceso de trabajo le arrebató la vida. Se entregó por entero a la causa de
Cristo y de su Iglesia.
(P) La máxima de Monseñor Benson era celebrar la Santa Misa, para terminar,
te pregunto, Beatrice, ¿Crees que hoy en día y con la situación actual de la
Iglesia hubiera sido posible una conversión como la de él? ¿Crees que él viendo
este caos se convertiría o seguiría siendo anglicano?
(R)Esa pregunta me la hago a diario. ¿Se hubiera
convertido ahora Benson en base a los mismos argumentos que él se dio a sí para
darse cuenta que la única Iglesia de Dios era la católica? Vista la iglesia anglicana actualmente sin
dudas que se convertiría. Creo que hasta el anglicano Benson era más católico
que muchos católicos actuales. Pero bueno, es Cristo el que llama, el Espíritu
Santo el que sopla e inspira, y estoy segura de que hubiera oído las
inspiraciones de todas maneras a pesar de la Iglesia misma. Porque con todo,
nosotros, los que seguimos la Tradición, seguimos creyendo lo mismo que siempre
se ha creído y nada ni nadie, ningún concilio pastoral ni un papa innovador nos
va a mover y arrebatar nuestra Fe. Si Benson hubiera vivido ahora, sería un
cura Tradicional, sin dudar, amaba la Misa Tradicional (no conocía otra
obviamente), las oraciones de siempre, la doctrina inmutable de la Iglesia. Quizás
le hubiera costado más convertirse, pero lo hubiera hecho igual.