domingo, 2 de marzo de 2014

Mons. Ronald Knox contra Kasper

 
 No se vaya a creer que estoy diciendo que Kasper, el cardenal teólogo favorito del Obispo de Roma, esté a favor del divorcio, pero sus argumentos a favor de la comunión a los divorciados  vueltos a casar son una caja de Pandora que traerá consecuencias si es aprobada...malas consecuencias y sentará precedentes para otros relajos sacramentales y disciplinares más. Pareciera que se quisiera vaciar a la Iglesia de las virtudes heroicas que nos llevan a nuestra santificación, allanando el camino para que los hombres nos hagamos cada vez más cómodos y sin espíritu de renuncia ni de sacrificio, que no son capaces de hacerse cargo de sus equivocaciones.
 Pero en sin, aquí unas sabias palabras de Knox, siempre claras y sin ambigüedades, tomadas de un sermón titulado "Libertad de la servidumbre: matrimonio sin daño y sin duelo". Hubiera querido transcribirlo entero. Tal vez con más tiempo lo haga.
Beatrice
        
         "Dios tiene su finalidad propia para cada matrimonio, lo mismo que la tuvo para los esponsales entre Nuestra Señora y San José. Los novios deben consagrarse, antes que nada, al cumplimiento de esta finalidad. Y si, como ocurre demasiado a menudo, una de las partes no acierta a comprender este deber y falsea la vocación divina, ello no libera a la otra parte de su deber para con Dios. La esposa o el marido que amen realmente a Jesucristo, encontrarán en las circunstancias de un matrimonio desgraciado nuevas oportunidades para probar y fortalecer este amor. Dios sabe lo difícil que esto resulta a veces. Dios sabe que hay tragedias de la fidelidad en matrimonios infelices que pueden equipararse a las más duras mortificaciones de la Orden religiosa más estricta, y serán valoradas no menos que ellas en la eternidad. Pero hace falta ser dos para destruir un hogar.
        Bajo el Antiguo Testamento, Dios Todopoderoso permitía el divorcio. Pero el Antiguo Testamento era a su vez tan sólo un convenio temporal con Dios, quien al fin se permitió a sí mismo divorciarse de su propio y escogido pueblo, cansado de la larga historia de sus infidelidades. Pero el nuevo convenio que Cristo hizo con su Iglesia es irrevocable, y según el mismo, el voto matrimonial es también irrevocable. "Esposos, amad a vuestras mujeres como Cristo también amó a la Iglesia" (Eph 5, 25) ¿No habrá encontrado nunca en ella motivos de queja: tibieza, divisiones, escándalos en las altas esferas? Sin embargo, su convenio sigue en pie y el cristiano a quien se pide que permanezca fiel al lazo matrimonial a pesar de todas las dificultades, a pesar de la desaparición del afecto, no hace después de todo más que ser un reflejo de la eterna fidelidad de Cristo".
                                  Monseñor Ronald Knox, Sermones Pastorales

2 comentarios:

  1. Gracias por la traducción. ¿"Convenio" o "Alianza"? Dilemas de traductor...
    Saludos

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    1. Estimado Doc Martin: desconozco el texto en inglés, pues la traducción no es mía. Los párrafos están tomados de un libro editado por Rialp. De todas formas a mí también me suena mejor "alianza" según el contexto de la frase.
      Gracias por la visita y por el comentario,
      Un abrazo,
      Beatrice

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