lunes, 28 de noviembre de 2016

Primera Semana de Adviento, un villancico moderno


The Lamb 

                                                           Por William Blake, música John Tavener

Little Lamb who made thee
Dost thou know who made thee
Gave thee life & bid thee feed.
By the stream & o'er the mead;
Gave thee clothing of delight,
Softest clothing wooly bright;
Gave thee such a tender voice,
Making all the vales rejoice!
Little Lamb who made thee
Dost thou know who made thee

Little Lamb I'll tell thee,
Little Lamb I'll tell thee!
He is called by thy name,
For he calls himself a Lamb:
He is meek & he is mild,
He became a little child:
I a child & thou a lamb,
We are called by his name.
Little Lamb God bless thee.
Little Lamb God bless thee.


                                             

jueves, 17 de noviembre de 2016

En el aniversario 145 del nacimiento de R.H. Benson, una reflexión



       
  En un día, 18 de Noviembre, como hoy hace 145 nacía Monseñor Robert Hugh Benson. Como sabrán tiene un libro donde explica el proceso de su conversión y los motivos que lo llevaron a dar el gran paso. Hace tiempo que me vengo preguntando si estuviera vivo ahora ¿se convertiría? Bueno, ante todo al conversión es un llamado de Dios, pero vistas la actual situación de la Iglesia tengo mis dudas especialmente después de leer unos párrafos de su libro Confesiones de un converso que transcribiré más abajo. Juzguen ustedes mismos y verán que uno de los motivos que lo condujo a su conversión fue precisamente la sólida doctrina que la Iglesia siempre creyó y enseñó, la claridad de la misma.

Es obvio que la actual iglesia anglicana está peor que nosotros y en vías de desaparición, pero nosotros nos estamos protestantizando sin que muchos se estén dando cuenta de ello. Tan sólo observando el caso más reciente de lo que está sucediendo con el asunto de la Amoris Laetitia pareciera que ahora cada cual interpreta lo que más le conviene para su personal situación.  Lo que llevó a mi querido monseñor a abrazar la fe católica ya no es tal porque la autoridad que debe enseñar, ya no enseña a la luz de la Tradición y de la Escrituras, sino que se basa en interpretaciones antojadizas y acomodaticias al momento presente. Vemos con estupor soluciones y criterios antagónicos entre los obispos acerca de asuntos esenciales para la salvación de las almas, y no hay ya quien corrija, sancione y aclare. Estamos como ovejas sin pastor. 

         Valga pues mi homenaje en su cumpleaños a este hombre de Dios que tuvo el coraje para convertirse, Oremos para que esté descansando en paz y para que interceda por nosotros.

          "Si el Cristianismo es, como lo creo, una Revelación auténtica, el Magisterio de la Iglesia debe tener una doctrina clara en relación con el tesoro que se le ha encomendado, especialmente en aquellos aspectos de los que depende la salvación de sus hijos.

          Puede no definirse o permitir divergencias en puntos meramente especulativos; por ejemplo, deja que sus teólogos discutan durante siglos sobre el modo de obrar de Dios, sobre los mejores términos filosóficos para profundizar en los misterios o sobre los límites concretos de certeza en el poder de ese Magisterio y en el modo de ejercerlo.

          Pero en los temas que afectan directamente a las almas - los Sacramentos, la gracia y sus efectos, etc -, no sólo debe tener clara su fe, sino que ha de transmitirla continuamente; y, no menos continuamente, silenciar a quienes la oscurecen o la interpretan erróneamente.

           Ahora bien, no era ese el caso de la Comunión anglicana en la que yo me encontraba. Yo era ministro de una iglesia que parecía no tener criterios claros y únicos, ni siquiera en materias directamente relacionadas con la salvación de las almas. Una de mis obligaciones consistía en predicar y practicar la doctrina de la Redención que Dios había llevado a cabo por medio de la vida y muerte de Nuestro Señor Jesucristo; y yo sabía muy bien que era una doctrina sacramental. Sin embargo, cuando busqué en mi entorno una exposición firme de esa doctrina, no la encontré.      Ciertamente, muchas personas aceptaban y enseñaban lo mismo que yo aceptaba y enseñaba; había sociedades a las que yo pertenecía - la English Church Union y la Confraternity of the Blessed Sacrament - que no vacilaban en ese sentido. Pero es imposible afirmar que la autoridad de mi iglesia fuera igualmente clara.

         Tomemos como ejemplo un solo punto esencial: la doctrina sobre la Penitencia. En realidad, yo ignoraba si estaba permitido o no enseñar que era indispensable para obtener el perdón del pecado mortal. Prácticamente todos los obispos lo negaban, y algunos de ellos negaban incluso el poder de absolver. Sin embargo, aun admitiendo que mi opinión se toleraba, el hecho de que también se toleraran otras opiniones excluyentes era la prueba palpable de que la mía no era asumida. Yo daba a conocer, del mejor modo posible, mi parecer particular sobre un punto que estaba oficialmente sin definir, y estaba enseñando como una cosa cierta algo que era oficialmente incierto. Y, cada vez con mayor claridad, veía la imposibilidad de afirmar que la Iglesia de Inglaterra exigía la Confesión sacramental.

         Muchos de nuestros clérigos resolvían este dilema de un modo muy sencillo. No apelaban a la voz viva de la Iglesia de Inglaterra, sino a las formulaciones escritas, explicándolas de acuerdo a su propio criterio. Pero yo veía difícil hacer esto sinceramente, pues intuía que una formulación escrita no sería nunca decisiva en una Iglesia donde tales formulaciones pueden ser interpretadas en varios sentidos y la autoridad no sólo no decide cuál es el verdadero, sino que, en realidad, tolera interpretaciones que se excluyen mutuamente.

         Cada vez con más claridad veía la absoluta necesidad de una autoridad viviente que interpretara de un modo actual las palabras originales afirmadas por el Magisterio. Una iglesia que apelara sólo a palabras antiguas no sería más que una sociedad anticuada.

                                                    Resultado de imagen para confesiones de un converso

        Me dijeron que me contentara con mi propia interpretación, pero eso era imposible, pues si tal interpretación era discutible, yo no podía enseñarla con autoridad. El Dr. Pusey me apoyaba, también Mr. Keble y otros. Pero yo afirmé que no podía apoyarme en la autoridad de ciertas personas - eminentes, sin duda - si otras, igualmente eminentes, tenían criterios opuestos. Un par de consejeros me dijeron que esas cuestiones no eran esenciales; que las verdades fundamentales del Credo Cristiano constituían lo absolutamente necesario, y que el testimonio anglicano sobre esas verdades era lo bastante claro.

         Mi respuesta fue que dichas cuestiones eran las más prácticas de todas, pues no se referían a remotos y abstractos planteamientos teológicos, sino a detalles reales de la vida cristiana. ¿Debía decir o no a los fieles que estaban obligados a confesar sus pecados mortales antes de comulgar? Este es un ejemplo entre otros muchos, porque las preguntas surgían por todas partes.

         En torno a mí veía una iglesia que, aun aceptable en la teoría, era inaceptable en la práctica. Sus hijos vivían y morían por decenas de miles ignorando realmente lo que creían era el Evangelio; ignorándolo no por negligencia propia, sino por la enseñanza deliberada de hombres acreditados como ministros, yo entre ellos. Unos fieles que sólo deseaban conocer y obedecer los preceptos de su iglesia y que deberían haber tenido la oportunidad de hacerlo. 

         Por otra parte estaba la Iglesia de Roma. Creo haber oído en distintos momentos todos los argumentos teóricos e históricos que se esgrimían en contra de sus enseñanzas; pero, desde un punto de vista práctico, esa no era la cuestión. Su doctrina funcionaba; puede que lo hiciera de forma mecánica o supersticiosa, pero funcionaba. Recuerdo que en una conversación comparé ambas doctrinas con dos fuegos preparados.

        La anglicana es comparable con un hombre que aplica una cerilla a una mezcla defectuosa de combustible: donde hay celo y sinceridad personales, prenderá la llama y las almas arderán y brillarán; pero, cuando desaparece la influencia o los criterios "católicos" particulares de un sacerdote, todo queda como antes.

        En la doctrina católica, sin embargo, es muy distinto: puede haber descuido o falta de piedad, pero el fuego arde de todos modos y al margen de las actitudes individuales, porque el combustible está bien preparado. Aunque un sacerdote sea descuidado, indolente o incluso laxo en sus opiniones personales, su rebaño conoce todo lo necesario sobre la salvación y sobre el modo de alcanzarla. El niño católico-romano más pequeño sabe exactamente cómo reconciliarse con Dios y obtener la gracia.

(...) Sin embargo, la doctrina romana era la sencillez misma. Un católico-romano puede decir con San Jerónimo: "Estoy en comunión con Su Santidad, es decir, con el Sucesor de Pedro. Sé que sobre esta roca está edificada la Iglesia". La doctrina romana funcionaba; la anglicana no."

                                                                            R.H. Benson, Confesiones de un converso


       Algo off topic, pero relacionado con lo mismo: No sé si a ustedes les pasa, pero al menos yo estoy hasta la coronilla con lo que está pasando con la Iglesia y con el papa. El grado de confusión que existe en las almas está llegando a grados exponenciales y la división entre los católicos es vertiginosa.

        Me tienen harta las sorpresas que cada día nos llegan de Roma y ya se me está haciendo realmente muy desagradable el continuo bombardeo de información que me llega a través de en diferentes sitios web y por facebook acerca de lo que dice y lo que hace el Obispo de Roma.  La información nos está ahogando y deprimiendo porque aparte de criticar y escandalizarnos no es mucho más lo que como simples fieles podemos hacer para contrarrestarla. Estar todos los días leyendo barbaridades como que los que vamos a la misa tradicional somos unos...¿cómo es que dijo? ¿Rígidos? Sí, rígidos, que llevamos una doble vida, que vamos a esta misa por una simple moda pasajera; o que son los comunistas los que piensan como cristianos. Uno tiene un límite y que lo estén insultando gratuitamente, basureando y juzgando el fuero interno colma, más todavía si no es posible defenderse de semejante ataque que viene de la máxima autoridad de la Iglesia.

           Trato de vivir lo más católicamente posible, según corresponde a mi estado como mujer casada y madre de familia y en lo que al papa actual se refiere he tomado hace mucho tiempo la consigna del "no se oye padre", porque el personaje habla de más y cuando tiene el deber de hacerlo no lo hace y deja a cuatro príncipes de la Iglesia esperando con total indolencia, falta de caridad y de respeto....Todo esto ya me tiene harta.

       Los católicos que nos precedieron en los siglos pasados cuando no tenían como nosotros tantísima información a disposición vivían más tranquilos haciendo lo que tenían que hacer sin preocuparse por lo que ocurría en Roma. No sé si ahora podemos vivir así porque al parecer necesitamos estar informados para saber quien es quien y  para no caer en manos de curas que están en muy feliz sintonía con lo que dice el Obispo de Roma, pero cuánto me gustaría poder hacerlo.

Una tumba: Nursia después del terremoto, Italia después del catolicismo por Hilary White

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          Una tumba: Nursia después del terremoto, Italia después del catolicismo

                                                                                 Por Hilary White, para The Remnant

Nosotros somos ahora el remanente de la Iglesia. No contamos con un liderazgo digno de ese nombre. No podemos ir hacia donde ellos están yendo porque están yendo hacia la perdición. Esto ya parece tan horrendo, tan insoportable que solamente nos queda una cosa por hacer: si es necesario, continuar por nosotros mismos.

Todos ustedes habrán escuchado que fuimos nuevamente golpeados por un gigantesco terremoto el mes pasado. Creo que hubo en las noticias alguna información al respecto antes de sus elecciones. Estoy en este momento escribiendo en un tren en el norte de Italia donde he estado más o menos vagabundeando por los campos buscando un lugar nuevo para vivir mientras resuelven si mi casa en Nursia va a poder seguir en pie. Las cosas están un poco extrañas por el momento, pero pienso que no más extrañas en general que lo que están en la vida de la Iglesia. Actualmente mi vida espiritual se parece mucho a una situación de gran incerteza, de confusión y de convulsión, por tanto es difícil quejarse por la oportunidad de sufrir exactamente como Cristo está ahora sufriendo en su Cuerpo Místico.

El gran terremoto de Nursia del 30 de Octubre no fue una sorpresa para ninguno de los habitantes locales.  He aprendido sobre el grado de despreocupación de los italianos hablando con algunos de los nurcinos. Ellos se encojen de hombros y dicen: “Sí, los grandes generalmente ocurren con alrededor de uno o dos meses de diferencia”, y  luego retornan a nuestro vaso de vino. Estábamos por entonces justo coincidiendo con el momento en que ocurrió el primer terremoto – 6,4 pero a unos kilómetros de distancia – que nos golpeó el 24 de Agosto. Por ahora todos ustedes han visto las imágenes de la Basílica de San Benito, colapsada en un montón de escombros. Parece entonces que hay una pequeña diferencia entre los 6,4 y los 6,6 y esta vez Nursia fue el epicentro.

El más fuerte ocurrió en la Fiesta de Cristo Rey y fue precedido por una serie de sismos durante la semana. El 26 de Octubre alrededor de las 7 de la tarde yo estaba sentada con una amiga en su cocina, tecleando en el computador y al segundo siguiente  estaba sumergida debajo de la mesa. Mientras yo gritaba alarmada las luces se apagaron y hubo un ruido como de un camión ingresando a la casa, la cual osciló por unos 15 segundos, al tiempo que los armarios de la cocina se tambalearon y los vasos saltaron en su prematuro final alrededor nuestro.

Después de hacer un esfuerzo por calmarnos y de barrer los vidrios, mi amiga y yo nos tomamos una buena dosis de whiskey canadiense y fuimos a dar un paseo, encontrando  a los pocos metrosca muchos amigos en la Piazza. Después de chequear el perímetro, en el cual vimos que no existían muchos daños, – al fin y al cabo gracias a los nuevos estándares de Nursia -  y que nuestro nuevo contrafuerte había hecho su trabajo afirmando a los edificios, decidimos ir a ver si el restaurant Grotta Azzura estaba abierto y si nos podían servir un plato de pasta. Ambas estábamos buscando comer carbohidratos, y supusimos que un 5,4 era suficiente justificación para un poco de comida gratificante.

Ambas conocemos a gente que estaba en los hoteles y  pensamos que si íbamos a morir sería mejor hacerlo en buena compañía. Cuando el segundo golpeo en la tarde, de grado 6,0, estábamos justo empezando el vino. El enorme edificio de piedra medieval – que había sido completamente restaurado a prueba de sismos después de la serie de terremotos en los años ´70 – se sacudió como en una especie de vals lento alrededor de nosotros. Franco, el metre, canceló nuestra orden y envió a los cocineros a casa. Nos preparamos algunos jamones rebanados y queso, y terminamos nuestro vino a la luz de una vela. Se sorprenderían de como  una buena comida sabe cuando uno está con un miedo al peligro mortal. ¡Y nos dieron gratis un tiramisú! Antes de irnos, Franco me preguntó si pensaba que había visto el final de esto. Dije: “no”.

Esto fue el miércoles. Este terremoto dañó la capillita improvisada que los monjes habían armado. Ahí podían rezar la Misa y un limitado Oficio Divino (Laudes y Vísperas) para los “fieles”. Después de uno o dos días, recibimos mensajes diciendo que podían ofrecer la Misa por la Fiesta de Cristo Rey en la tienda de regalos a las 8:30. Teníamos la impresión que esto en estricto sentido no estaba autorizado – la tienda de regalos había sido dañada – pero que las autoridades harían la vista gorda si no había mucha gente. Los monjes son muy populares con todos en Nursia, incluyendo a la policía y a los bomberos.

Esa mañana me levanté – mi casa, que está bien lejos de los muros de la ciudad, hasta el momento no había sufrido daños – y me vestí. Obviamente que iba a ser  una hermosa mañana una vez que la temprana bruma se esfumara. Octubre en general es  nuestro mejor mes de Nursia. Hice todo normalmente: alimenté a los gatitos, me puse mi uniforme de otoño de falda de tweed y un jersey negro, me envolví con guantes y bufanda contra el frío otoñal y bajé la colina en mi bicicleta.

No fue hasta que estuve en la Piazza que noté que algo andaba mal: no había nadie ahí y ya eran las 8:25. Llamé a una amiga y ella todavía somnolienta me dijo que yo me había olvidado del cambio de hora y que eran en ese momento las 7:25. Me encogí de hombros y fui al hotel Grotta Azzura a matar el tiempo con una taza de té en su salón de la mañana. Afortunadamente, más de lo que pensé en ese momento, había llevado conmigo mi computador y la señal wifi del hotel estaba muy buena.

Alrededor de quince minutos después, a medio camino de mi segunda taza y en medio de una conversación con un amigo en Tucson, estaba dando tumbos con un pánico ciego afuera del hotel mientras un ruido como del fin del mundo gritaba y rugía alrededor nuestro.  Del resto de lo que sucedió lo he escrito en alguna parte. Cerca de cinco horas después dos amigos y yo, con  una caja con gatos, escapábamos Nursia con rumbo a Roma en un autito.

¿Cómo está Nursia ahora? Lo suficiente para decir que tras diez días, la gente de Nursia, mis amigos y vecinos, están viviendo en tiendas de campaña y siendo alimentados en comedores comunitarios atendidos por militares italianos. Nursia está, si no muerta, entonces en una situación crítica. Mi amigo, que dirige una tienda de computadoras, me ha dicho que hay energía en el pueblo, pero el agua es insegura y desde luego no hay comercio.  Él está en conversaciones con la municipalidad para ver la manera de reabrir los negocios, a fin de proveerse de comida y para las necesidades básicas. Yo por ahora me estoy quedando lejos, por ninguna otra razón más que la de aliviar la presión a los servicios de emergencia al tener que alimentar a una boca más.

Mientras tanto el asunto de la vida católica de Nursia permanece abierto. Después del terremoto de Agosto la municipalidad  cerró todas las iglesias que aún estaban en uso, 4 de 11. Se está ofreciendo una Misa Novus Ordo semanal en una tienda de campaña colocada fuera de los muros. Visité está casa de Dios y escasamente he visto algo tan miserable y deprimente.

El horripilante logo del Año de la Misericordia estaba puesto cerca de la puerta con la señal de: “Porta Santa della Misericordia” sobre la entrada. Los italianos no son tontos, y aunque les “gusta” el Papa Francisco, ellos conocen un truco publicitario vacío cuando ven uno y también saben cómo es un político cuando ven a uno.

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La verdad es que aunque la próxima extinción de la vida católica en Nursia es ahora visible externamente, sin embargo ya antes existía, pero difícilmente alguien lo notaba porque aún permanecían los edificios.

¿Qué es lo que la Iglesia está haciendo? Removiendo las obras de arte y el mobiliario de las iglesias y llevándolas a “salvo” en Spoleto o a donde sea. Esto ya sucedió antes. Esta realidad es sabida por la gente de Norsia: que muchas de sus iglesias quedaron sin reparar desde los terremotos de 1979 y de 1997, y su mobiliario, arte y vestiduras están descansando confortablemente en cajas de museos.

El día del terremoto de Agosto, el obispo apareció con un pequeño séquito. Dio unas pocas entrevistas a la RAI frente la imagen de San Benito mientras estábamos en la  capilla de la cripta cantando el Oficio de Laudes “acompañados” de las réplicas. Entonces él anunció la clausura de todas las iglesias y volvió a Amatrice, ciudad que fue totalmente destruida. Tiene una foto con sotana sosteniendo una pala, y  luego se marchó. Volvió de nuevo cuando el Primer Ministro  visitó la ciudad, luego con el papa y después de nuevo cuando vino el Presidente Mattarella. He oído que el Cardinal Bagnasco, la cabeza de la conferencia episcopal  italiana, vino a visitarla la semana pasada por tanto supongo que él estaba ahí también. Pero aparte de esto, no lo hemos visto.  Le he escuchado a mis amigos de Nursia que a él no se le ha extrañado mucho.

Esto es lo que no ha sucedido en Nursia:  durante el día no hay ningún sacerdote disponible en la Piazza para oír confesiones. Nadie ha llevado un confesionario de madera fuera ni de la Basílica (monjes) ni de la co-catedral (diócesis) para ofrecer el sacramento de la reconciliación en este tiempo de grave crisis. No hay ninguna procesión alrededor de los muros, rogando la intercesión de Nuestra Señora, o de San Benito, o de Santa Escolástica. No hay rezos públicos del Rosario organizados oficialmente en reparación. No hay llamados que provengan del obispo o de los sacerdotes a volver a la Fe. No hay misas ni otros ritos ofrecidos por la diócesis en público dentro de los muros de este antiguo centro del Catolicismo. Tal vez nadie lo ha pensado.  Por cierto, en la mañana del 30 de Octubre cuando los monjes confesaban en la Piazza mientras esperaban la Vigili del Fuoco para conducirnos por un sendero hacia las afueras de la ciudad, solamente una persona fue. Pero los restaurants permanecían abiertos, eso es algo. (Los monjes equiparon rápidamente una capilla en sus “scavi”, esto es, en el área excavada cerca de la Basílica donde las ruinas de la casa de San Benito, del siglo II antes de Cristo, han sido preservadas. Ahí continuaron con su Misa conventual diaria, aunque asistían solamente  ellos y aquellos “amigos del monasterio” los cuales estaban en la lista de correo electrónico. Tuvimos la impresión que esto era bastante mal visto arriba. Las Clarisas Pobres mantuvieron sus puertas abiertas para el raro Novus Ordo con sus panderos…sí, panderos reales, pero ustedes pueden imaginar que no era muy bien atendido).

Para los Norteamericanos es habitual pensar en Italia como un lugar católico, donde las familias son numerosas y cada pueblo tiene su iglesia parroquial, su procesión mariana,  y sus bulliciosas fiestas de santos. Una imagen color rosa de paz y de catolicismo fiel que probablemente fue creada por la mentalidad anglo después que las tropas llegaran de la guerra a casa. El problema es que esto es una reliquia del pasado.  Incluso aquellos que han tenido un breve vistazo más de cerca han descubierto un cambio casi apocalíptico de esta idílica imagen.

La vida católica y la fe  en Italia han ido en declinación desde el  Risorgimento del siglo 19, cuando los secularistas y anticlericalistas establecieron el Reino de Italia, una ficción de corta vida que en mayor parte sirvió para despojar al papa- a punta de pistola – de su autoridad temporal. También fue el periodo en el que fueron transformadas las leyes y las regulaciones económicas, forzando  a salir a los campesinos y a otros habitantes del mundo rural de sus tierras ancestrales hacia las ciudades en busca de trabajo, un proceso que trajo como resultado una completa descristianización de poblaciones completas en muchos países del norte de Europa después de la reforma protestante.

La erradicación cultural y religiosa  – el desarraigo literalmente hablando – de los italianos ha traído como resultado que las mayorías de las áreas rurales de Italia son económicamente inhabitables. Aquellas comunidades que sobreviven  por completo de algún tipo de agricultura no turística están sufriendo. Los niños nacidos en Nursia pueden vivir ahí hasta que terminan sus estudios universitarios y  luego deben irse si sus padres no tienen su propio negocio que les provea de trabajo. Hay en Nursia una casa para ancianos donde las  personas mayores, cuyos hijos y nietos han dejado la ciudad, deben ir cuando ellos ya no pueden moverse por sí mismos.

¿Por qué los italianos han olvidado su fe? ¿Cómo perdieron su identidad? Las preguntas pueden ser respondidas de manera material y mecánica, mirando las tendencias históricas, económicas, políticas y filosóficas, pero en esencia sigue siendo un misterio.

Los monjes me han dicho que los bomberos, la policía y otros trabajadores de servicios de emergencia son al menos vestigialmente católicos. Todos los que conozco aquí me responden muy favorablemente cuando les cuento que me vine a vivir a este lugar por razones religiosas, escapando del extremo y agresivo espíritu secularista de mi patria anglo. Pero unos pocos que están fuera de la comunidad tradicionalista, dominada en Italia por un resto de la nobleza italiana, realmente no tienen idea de lo que quiero decir. La mayoría de ellos quedan perplejos y confundidos con esto.  A algunos les divierte. Otros se encogen de hombros y cambian de tema.

Italia no es en verdad un lugar feliz. Honestamente, fuera de los distritos turísticos, Italia es un lugar muy depresivo y deprimente. Las ciudades industriales están dominadas por la uniformidad, por los cuadrados y por la desadornada arquitectura de la post guerra, mucha de la cual está agrietada y desmoronada por el clima húmedo. A nadie le importa mucho. Las ciudades están siempre salpicadas con construcciones abandonadas o semi abandonadas. En todas partes, incluido en Nursia, uno puede encontrar proyectos a medias que fueron abandonados pudriéndose con andamios oxidados y malezas que crecen alrededor de los pilas de bloques y baldosas. La corrupción política y económica es aceptada como una derrota por un público que sabe que no puede hacer nada ni podrá hacerlo. La gente en esto país, tanto expatriados como nativos por igual, aprenden a vivir como refugiados en sus propios hogares, esperando desastres y adoptando una mentalidad cínica y a corto plazo que hace imposible una planificación a futuro en cualquier escala.

¿Qué le pasará a Nursia? Se ha preguntado si existe alguna razón para reconstruir las iglesias en ruinas mientras la gente de la ciudad ha demostrado su falta de interés por la religión a la cual están destinados. Tal vez es mejor preguntar ¿Qué debe pasar? ¿Qué debemos hacer?

La única respuesta a esto es obvia: debemos re-evangelizar este país y a todos los demás. Debemos mirar al pasado profundo para comenzar. ¿Cómo fueron cristianizados los países? La respuesta es incómoda, por decir lo menos, y dadas nuestras actuales circunstancias, en Roma no podemos observar los habituales canales para ayudarnos en esto. En efecto estamos viendo que en Roma, tal como en los días del Antiguo Imperio, hay una nueva forma de persecución de la Fe más que fuerza y apoyo. Y espero que esto en vez de mejorar, se ponga peor.

Entonces, ¿Cuál es la respuesta? Tal como muchos lectores saben, soy una fanática de las Crónicas de Narnia y todo este tiempo he estado pensando en lo que Aslan le dice a Lucy: que ella debe seguirlo incluso aunque los otros, sus leales mas no muy santos hermanos mayores Peter, Susan y Edmund, no lo hagan. Ella debe seguir adelante incluso si está sola. Nosotros estamos ahora, el remanente de la Iglesia, en la misma posición. No contamos con un liderazgo digno de ese nombre. No podemos ir hacia donde ellos están yendo porque están yendo hacia la perdición. Esto ya parece tan horrendo, tan insoportable que solamente nos queda una cosa por hacer: si es necesario, continuar por nosotros mismos.

Creo que los monjes de Nursia tienen una parte de la respuesta. No están abandonando la ciudad, aunque ellos no tienen un edificio para vivir o una iglesia donde rezar. En agosto construyeron una especie de campamento de trabajo en su monte con vista a la ciudad, lo establecieron para las largas jornadas de trabajo y oración, para proseguir con su vida benedictina por su propia salvación y por la salvación del mundo.

Ahora todos debemos encontrar soluciones similares, cada uno sirviendo donde esté y con las capacidades que nos otorga nuestro estado de vida, en nuestro lugar en el mundo. ¿Cómo reconstruimos una civilización cristiana? ¿Qué es la “Nueva Evangelización”? La misma Vieja Evangelización. No tenemos otra opción. Otra respuesta nos conduce al precipicio de la desesperación.

                                                                                     Traducción Beatrice Atherton
                                                                                     Artículo original aquí


                                                                                                                                                                             


miércoles, 9 de noviembre de 2016

Invitación a retiro para hombres Enero 2017

El padre Carlos Hamel nos ha hecho llegar una invitación para un retiro ignaciano a realizarse en Enero de 2017, en los Perales, Quilpué, Región de Valparaíso.  La capilla de los Perales fue restaurada y ha recobrado todo el esplendor que lucía cuando pertenecía a la Congregación de los Padres Franceses. Les dejo el afiche con los detalles.


viernes, 4 de noviembre de 2016

La falsa paz que el mundo ofrece

          Amo la música de Antonio Vivaldi.  Sé que no es del gusto de todo el mundo -  recuerdo que en la serie del inspector Morse, él la encontraba fatal - pero a mí me regocija el alma. Hace unos meses escuché una versión para violín de un motete compuesto por Vivaldi llamado Nulla in mundo pax sincera que tenía unos acordes similares a una obra que uno de mis hijos cellistas tocó el año pasado. Me puse a buscar la versión original del motete, cantada, y me maravillé con la letra, de un autor anónimo, que habla de la imposibilidad de buscar y encontrar la verdadera paz en este mundo sin Cristo.

          Es imposible encontrar, tanto la paz individual, propia del alma de cada uno, como la paz social sin que esté fundada en Cristo.  ¿Quién hay en esta vida que no quiera estar en paz consigo mismo y con el prójimo?  No existe alguien, creo yo, que en su sano juicio quiera estar batallando permanentemente contra sí mismo y contra su entorno. Todos anhelamos la paz,  pero si Cristo no reina en nuestra alma difícilmente podrá hacerlo en la sociedad. Busca la paz y síguela decía San Benito, y seguir a alguien, implica dejar atrás familia, "amigos", ambientes, etc que nos perturban y producen ruido en nuestra alma. En vistas al bien superior de la salvación del alma es necesario alejarse de personas o de cosas que finalmente nos hacen pecar y nos distancian de Dios. Si nuestra alma no está lo suficientemente preparada para estar con determinadas personas que siempre están sembrando la discordia o intrigando, mejor es alejarse y tratar de evitarlas. Siempre se lo digo a mis amigos: nadie tiene el derecho a venir a arrebatarnos la paz. 

          En vano pues, son los esfuerzos que se hacen a todo nivel buscando la tan anhelada paz en el mundo porque el mundo está contra Cristo y sin Él no se puede construir nada. Y si se consigue en algún momento una pausa, se quiebra inmediatamente como una casa construida sobre la arena porque no está asentada sobre los Preceptos Evangélicos ni sobre la Caridad que es el amor al próximo por amor a Dios.  Sólo Cristo nos puede traer la paz, tal como Monseñor Benson nos lo repite en el Señor el Mundo en palabras de su papa Juan:

                  "En modo alguno desconocemos o despreciamos los beneficios de la paz y de la unión, y menos aún echamos al olvido que tales cosas sobre la faz de la tierra ha sido fruto de muchos males, que hemos condenado en su día. Esta falsa apariencia de paz es la que ha seducido a miles de infelices, llevándolos a dudar de la promesa del Príncipe de la Paz, único y verdadero camino por el que tenemos acceso al Padre. Esa paz verdadera, a la cual aspiramos con pleno conocimiento, no se refiere sólo a las relaciones de los hombres entre sí, sino también a las que nos unen con Nuestro Hacedor, y precisamente es este punto tan necesario es donde se echan en falta los esfuerzos del mundo. En verdad, nada tiene de extraño que un mundo olvidado de Dios haya olvidado a su vez esta cuestión esencial. Los hombres, pervertidos por predicadores de falsas doctrinas, ha llegado a creer que la unión de las diversas naciones constituía el mayor de los bienes de esta vida, olvidando las palabras de Nuestro Salvador, quien dijo que no vino a traer la paz, sino una espada, y que el reino de Dios padece violencia, de modo que sólo mediante muchas tribulaciones podremos entrar en Su reino. Por tanto, en primer lugar es preciso establecer la paz del hombre con Dios, y tras eso la unidad del hombre con el hombre vendrá por sí sola. Buscad ante todo, dijo Jesucristo, el reino de Dios, que todo lo demás os será dado por añadidura.

                    - Así pues, condenamos y anatematizamos una vez más las opiniones de los que creen y enseñan lo contrario de lo que acabamos de exponer, y renovamos una vez más todas las condenaciones estipuladas por Nos y por nuestros predecesores, en contra de aquellas sociedades, organizaciones y comunidades que se han formado con el fin de establecer la unidad sobre otras bases distintas de las sentadas por Dios, y recordamos a nuestros hijos en todo el mundo que les está prohibido ingresar en estas corporaciones, o ayudarlas, tal como se las nombra en las condenaciones."

          En fin, hace tiempo que no me siento cómoda escribiendo y se me está haciendo muy difícil hacerlo, por lo que no voy a agregar nada más a este post. Sólo dejarles el motete de Vivaldi y abajo  la letra del mismo para que la disfruten y reflexionen.



Aria.
Nulla in mundo pax sincera
sine felle; pura et vera,
dulcis Jesu, est in te.

Inter poenas et tormenta
vivit anima contenta
casti amoris sola spe.

 
Recitative.
Blando colore oculos mundus decepit
at occulto vulnere corda conficit;
fugiamus ridentem, vitemus 
sequentem,
nam delicias ostentando arte secura
vellet ludendo superare.

Aria.
Spirat anguis
inter flores et colores
explicando tegit fel.
Sed occulto factus ore
homo demens in amore
saepe lambit quasi mel.

Alleluia.



Aria.
En este mundo no hay paz sincera 
libre de la amargura; 
la paz pura y verdadera,
dulce Jesús, se encuentra en Ti.
En medio de las penas y tormentos
vive el alma contenta, 
cuando el amor casto es su única esperanza

Recitativo.
Este mundo engaña al ojo por los encantos de la superficie, pero se corroe por dentro las heridas ocultas. Huyamos de quien sonríe, evita a quien nos sigue, Porque  este mundo, por hábil que sea en mostrar sus placeres, nos abruma por el engaño.


Aria.
El siseo de la serpiente oculta su veneno, ya que se extiende de manera encubierta entre flores y colores. Pero con un toque furtivo de los labios, un hombre enloquecido por el amor a menudo besa como si lamiera miel.
Aleluya.