viernes, 3 de mayo de 2013

La traducción del Señor del Mundo del R.P. Castellani

                                              
Hace unas semanas a propósito de un post que escribí, les comenté acerca de que no tenía la edición  traducida del Señor del Mundo por el padre Castellani. Un generoso lector de Bensonians y actualmente gracias a este blog, un buen amigo, tuvo la gentileza de enviarme  de regalo este ejemplar editado por la Librería Córdoba. Quiero agradecerle públicamente, puesto que mi lector ni siquiera me conocía y tuvo este gesto para conmigo. La verdad es que no se encuentra muy seguido este tipo de generosidad en nuestro mundo actual. Para él y para su hermosa familia mis agradecimientos y mis oraciones.
Del padre Castellani, copio - ¡era que no! - unos párrafos del postfacio del libro. Advierto que cualquier semejanza encontrada en las palabras del padre Castellani con respeto a la realidad actual de la Iglesia, no es mera coincidencia, sino que ha sido exprofeso copiado aquí.
 
"Así, pues, el autor del Señor del Mundo concibe la Gran Tribulación como una persecución externa, que hace mártires de los valerosos y apóstatas de los tímidos, reduciendo el número de los cristianos a un puñado de héroes del espíritu, a través de grandes matanzas y defecciones innúmeras; pero ha velado la tribulación de adentro, la corrupción introducida en el seno de la Iglesia, mucho más temerosa. Ha prescindido de lo que llama el Apocalipsis "la Segunda Bestia". La Iglesia, apretada más y más, se conserva más y más, se conserva más y más pura, como un grano de oro en el crisol. Benson no ha tenido la idea (o la ha perdonado al lector) de la corrupción interna específica de la religión; de la confusión dentro del redil, y no solamente fuera.
     Con ligereza indigna de un católico, algunos católicos que no eran católicos llegaron a insinuar al aparecer este libro la sospecha de que el novelista "hubiera perdido la fe"...Lo que sí se puede conceder es que quizás esta novela represente una tentación contra la fe  ya rechazada, lo cual es justamente lo contrario: una tentación de desaliento vencida.
         Mas, como ya hemos dicho, cuando Cristo venga por segunda vez " en gloria y majestad", encontrará la religión en el mismo estado ( y un poco peor) que en su primera venida: Él mismo lo dijo. Y ese fenómeno es mucho más espantable que el de la violencia externa y corporal; la cual no faltará tampoco. Por lo menos, así leemos nosotros las profecías; sujetándonos, si erramos, al juicio de la Santa Madre Iglesia. Cuando veáis la abominación de la desolación en el lugar donde no debe estar...entonces es.
"La última corrupción ya ha comenzado, porque la Iglesia ya está tocada: en el Atrio, no en el Santuario", nos dijo también don Benjamín Benavídez.
Las palabras que Cristo habló acerca del misterio de la agonía del mundo que habitamos y su definitiva transformación, son extremosas, tanto en la amenaza como en el consuelo; y van en su desmesura sublime más allá de donde el arte humano pude seguirlas. El Predicador y el Profeta humano (que de esto oficia Benson en este libro) ante un suceso que es mayor que el Diluvio y comparable a la creación misma, debe contentarse con balbuceos. Pero esos balbuceos son también necesarios a la propagación de la Palabra."
                                                                                             Día de San Juan Evangelista de 1956
                                                                                               Leonardo Castellani Conte-Pomi Th.D.
 


 


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