miércoles, 12 de febrero de 2014

Luteranos


         Hace unas semanas atrás concurrí con mi esposo y mis niños a una reunión familiar. El motivo era la celebración de un bautizo de uno de mis sobrinos nietos (¡Qué horror! ¡Qué rápido se pasa la vida!) Después de la ceremonia, los familiares y los amigos nos juntamos a almorzar y a disfrutar de la conversación.
 Asistió también el cura oficiante, un sacerdote de la Obra. Dentro de los invitados se encontraba un viejo amigo de la familia anfitriona que es un simpático alemán que es además luterano. Muy cordial el tipo va a conversar con el cura y le dice que él es luterano, pero que ha bautizado a sus hijos como católicos (sic) . “En realidad “– le dice el cura – “nosotros los católicos no tenemos actualmente mayores diferencias con los luteranos”. No quiero profundizar mayormente en la conversación, porque además no estuve presente en ese momento y lo que les he contado me lo trasmitió mi esposo que sí estaba con ellos en ese momento.
El demonio sopla la gaita de Lutero

        Cuando mi esposo me lo contó, completamente sorprendido al igual que yo, la frase me volvió una y otra vez a la cabeza… ¿pero cómo un sacerdote católico le dice a un luterano que no tenemos grandes diferencias? ¿En cuánto a qué? Es grave lo que dijo. No se pueden andar diciendo frases de este tipo para… ¿Agradar? No lo sé, por lo demás es algo que desde hace tiempo viene circulando en el inconsciente ecuménico colectivo común de los católicos. Bueno, el asunto es que la dichosa frasecita me quedó dando vueltas y por esas cosas de la vida me encontré en las estanterías de la biblioteca de mi casa, con un librito que editó hace unos cuantos años (1983 ) Una Voce Argentina. Se llama En defensa de la Misa, y trae unos muy buenos ensayos de diversos autores a propósito de la reforma litúrgica. Uno de los ensayos se llama El padre Pío y la Misa y su autor es Fra Galdino de Pescanerico. En dicho ensayo el autor repasa  la opinión de Lutero acerca de la Misa, a la que consideraba como una idolatría detestable. Voy a centrarme exclusivamente en lo relativo a la Misa, porque creo que es sabida, supongo al menos en los lectores de este blog, la opinión de este heresiarca sobre la Iglesia Católica, el papado y lo demás. Cito la cita que hace Pescanerico sobre Lutero: 

              “Cuando la Misa sea trastornada estoy convencido de que habremos trastornado con ella todo el papismo. Efectivamente el papismo se apoya en la Misa como sobre roca, todo entero, con sus monasterios, obispados, colegios, altares, ministerios y doctrinas, en una palabra con todo su vientre. Todo ello crujirá necesariamente cuando sea resquebrajada su Misa sacrílega y abominable. Yo declaro que todos los prostíbulos, los homicidios, los hurtos, los asesinatos y los adulterios son menos malvados que aquella abominación que es la Misa papista” (Werke, t. X, s.II, p.220 y t. XV, p. 774) 

         Estas palabras son propias de un hombre endemoniado que desde sus entrañas vomita un odio execrable contra el Sacrificio de la Misa. Considerando únicamente este horroroso párrafo:  ¡¿ Me van a decir que no tenemos grandes diferencias?! Se está refiriendo con esas palabras más que soeces al Sacrificio incruento de Cristo en la Cruz y nos vienen a decir que son prácticamente pelos de la cola, detalles insignificantes. Aquello sobre la cual gira como un sol nuestra fe es un detallito.

           ¿Qué hijo bien nacido soporta que a su Madre se la trate como una prostituta? Eso sólo puede significar una cosa: que hemos perdido la fe y que no nos importa. O nos importan cosas que están en segundo plano y que lo principal y fundamental ya no lo es: es más importante la obediencia ciega a lo que dice el Papa – aunque diga y haga burradas como las que hemos venido escuchando – que la Doctrina que recitamos  - no como loros - en el Credo, que la preocupación por darle a Dios un culto acorde a lo que es: Dios; que el combate al error, que la salvación de las almas y  que la conversión de los neopaganos y herejes modernos a la fe católica.

        Existe una confusión religiosa hecha deliberadamente para crear finalmente un indiferentismo religioso, que trae consigo consecuencias  para toda la eternidad. Vivo como vivo porque creo verdaderamente en lo que creo, y quiero salvar mi alma siendo consecuente nada menos que con el Amor. Por eso no entiendo cuál será el afán de darse golpecitos en la espalda con los protestantes y de ser completa y absolutamente in misericordiosos con los que son- por usar este apelativo que no me gusta mucho – tradicionales y que forman parte incluso de la Iglesia, como lo son por ejemplo algunos miembros de Ecclesia Dei.  Sobre ellos y sobre la FSSPX cae el peso de un rechazo casi como el que se sentiría frente a un fundamentalista, o a un terrorista. Pensar aquello es desconocer completamente lo que implica intentar vivir como un católico que ama a Dios y a la Iglesia.

         Creo que existe una gran ignorancia acerca de las verdaderas tesis de Lutero. Se ha ido creando un mito favorable en torno a este hombre que incluso ha obnubilado la mente algunas autoridades de la Iglesia. Recordemos lo del arbolito en homenaje a Lutero. Y como además existe un afán de pseudo ecumenismo, se intenta rescatar, por así decirlo, lo falsamente atractivo que tienen las iglesias protestantes, y esto que digo se vio desgraciadamente patente en la adopción que tuvo en la reforma litúrgica católica ciertas prácticas de la liturgia luterana. Al final de cuentas muchos católicos parecen decir que Lutero no era tan bellaco, siendo que causó una ruptura destroza en la Iglesia llevando a mucha gente al error.

        Hay que dejar los eufemismos y decir las cosas por su nombre: nos separan puntos fundamentales, y los afanes de quienes conducen a la Iglesia debieran estar en convertir a los herejes con una clara doctrina, diciendo las cosas claras cuando hay que decirlas, y por sobre todo rezando por su conversión. Aunque me queda claro que actualmente este no es el propósito del clero, ni de los obispos ni del papa. Recuerdo una vez que mi esposo me contó que cierto día fue a hablar con un cura franciscano y éste le dijo que prefería hablar de religión con los “hermanos separados” que con un católico tradicional…claro, no soportan que se les hable de doctrina ni que se les exija predicar la Verdad, que no admite tibiezas. ¿Será porque han perdido la fe? Yo creo que sí, o que al menos creen en algo completamente distinto y desvirtuado de lo que Cristo nos enseña en los Evangelios y que ha enseñado la Iglesia desde los tiempos de los apóstoles.

5 comentarios:

  1. Beatriz ..

    Si Ud. pudo asistir al Bautismo de du sobrino nieto , es que la vida pasa despacio . Si la vida hubiera pasado rápido , hubiera alcanzado solamente al bautismo de su sobrino ....

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    1. Estimado anónimo:
      Tiene usted toda la razón...no lo había pensado al revés.
      Saludos,
      Beatrice

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  2. Querida Amiga : hace pocos dias ,alguien de la familia me dio a leer un librito que habia escrito sobre la Penitencia.( bajo no se bien que nuevo nombre le dicen ahora): HORROR!!! se citaba a Freud y a Jung ,dando sus definiciones sobre culpa etc ,etc .Lo peor del caso es que lo habian leido previamente DOS sacerdotes,uno de ellos ,firme candidato a ser obispo en no mucho tiempo mas.¿ Como explicarle a esa persona,que ademas es muy querida, que sus citas bibliograficas eran simplemente nefastas ? ¿como explicarle a un catolico practico,ya mayor,que frecuenta los sacramentos y con una vida sin manchas,que la opinion de dos sacerdotes no servia en absoluto ?
    Lamentablemente ,cada dia toma mas cuerpo la definicion brillante de Flavio Infante que dice que "la Iglesia ha desistido de su funcion proclamadora de la Verdad".
    Hay que estar midiendo los comentarios y las formas para no herir a buena gente sin brujula,porque los que debieran marcar el rumbo, estan borrachos de modernismo y de estupidez ecumaniaca.Que creo,ademas ,que son pasos previos para que se de lo que tu dices :que en definitiva ,han perdido la FE.
    Mis saludos y oraciones para vos y tu familia

    criollo y andaluz

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    1. Querido Marcos: Creo que aquí existe una sumatoria de causas que traen como consecuencia lo que a ti te ha pasado con respecto al libro. El católico de a pie y la mayoría de los curas tiene una ignorancia doctrinal feroz; una desidia por estudiar la fe; una obsesión modernista que intenta aplicar los criterios de las ciencias positivas a la fe y un largo etc., etc. Me parece que debemos tener mucha prudencia y audacia a la vez para mostrarle a toda esta gente que lo que está leyendo atenta contra su formación. El problema es que nosotros como laicos no podemos hacer mucho y si la cabeza ha perdido o menguado su fe es bien poco lo que podemos hacer, salvo en nuestro círculo cercano donde debemos brillar.
      Un abrazo para ti también, a tu jefa y a tus hijos,
      Beatrice

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  3. Eso, que la Iglesia actual prefiere tener relaciones con los "hermanos separados" antes que con los tradicionalistas, es algo que vengo sosteniendo hace muchísimo tiempo. Aceptamos como "normal" que la jerarquía de la Iglesia realice encuentros, ceremonias, firme documentos y haya halagos recíprocos (más del lado católico hacia los herejes que al revés). Eso ya es habitual. No da ni como para noticia. Por el contrario, el solo acercamiento o una frase suelta que cualquier jerarca de la iglesia oficial deje caer sobre los católicos de siempre, es noticia y, por las dudas, enciende las alarmas de la burocracia modernista del Vaticano. Sin ir más lejos, en el último sínodo que convocó Benedicto XVI, participó, y habló, durante el mismo, una mujer "obispa", creo que de la iglesia episcopal o una de esas sectas que tanto abundan hoy. Quién estaba invitado por parte de la FSSPX? Nadie. Nadie. Es decir, que el Vaticano considera más apropiado y más provechoso, escuchar la opinión de cualquier hereje, de cualquiera, que del Tradicionalismo Católico. No se si nos damos cuenta de esa enormidad. Al Vaticano concurre cualquier representante de cualquier rito o confesión o lo que fuere. Incluso creo haber visto fotos de JPII con caciques indios. Ahora, el tradicionalismo no es consultado, ni invitado, ni nada que se le parezca. Somos los leprosos. Los "perros" de Madiran. Así estamos, así vamos. Esa es la catástrofe que vivimos.

    Saludos cordiales.
    A.T

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