miércoles, 10 de julio de 2013

Seamos devotos de la Misa, padre Mateo Crawley, ss.cc


    El Santo Sacrificio es, pues, substancialmente, el concierto de la eternidad, pero bajo el velo del Misterio eucarístico.
      Según esto, la Santa Misa es, efectivamente, la aurora de un Paraíso, en espera que la Eternidad rasgue para siempre el velo. La realidad divina y sustancial es la misma en el cielo, en el Altar y en el Calvario.
        ¡Ah, pero la visión y la posesión de semejante tesoro no son ni pueden ser las mismas! ¡Hoy es el enigma del misterio, y mañana será el cara a cara eterno! ¡Y también la posesión perfecta y eterna!
          Quiera Dios que, sobre todo los sacerdotes, tengamos por el Santo Sacrificio no una mera devoción cualquiera, sino un ardoroso entusiasmo de fe y de amor, fundado en doctrina y en sólida piedad. Me parece que todo Sacerdote debería ser un gran "especialista" de la Santa Misa, tanto para sí mismo como en beneficio de las almas.
         Un dicho tan hermoso como verdadero afirma que "el Sacerdote es ante Dios lo que es su Misa ante Dios".
         Mil veces dichoso, pues, el Sacerdote que sabe preparar, saborear y vivir su Misa diaria. ¡Danos Señor, muchos santos sacerdotes que sepan esto y, sobre todo, que lo vivan!
        Hemos dicho con marcada insistencia que el Santo Sacrificio es la expiación propiciatoria por excelencia.
         Recordemos a este efecto la insistencia con que el Salvador le pidió a Santa Margarita María desagravio amoroso y reparación solemne por las profanaciones, por los horrendos y numerosos sacrilegios con que se ultraja al Señor Sacramentado.
         No olvidemos que, al "entregarse" a su Padre Jesús, que lo sabía todo, se entregó libremente en las manos del traidor Judas y de todos los sacrílegos que él representaba. La dinastía de Judas está lejos de extinguirse. ¡Qué de Judas que lo venden y lo traicionan con un beso! Estos, dice San Pablo, "comen y beben su propia condenación"
         ¡Ah, si se supiera con qué furor de veras satánico se ensañan estos sacrílegos contra Su Persona adorable, oculto tras el velo blanco de la Hostia! ¡Más les valdría no haber nacido!
         ¡Piedad, Señor, piedad, Rey de Amor; piedad, Jesús- Hostia, para estos Judas modernos!...¡Véngase, como sueles, con tu infinita y habitual misericordia! ¡No saben lo que hacen!
        "Perdona Señor, perdona a tus sacerdotes, perdona a tu pueblo. No estés airado contra nosotros eternamente"

        P. Mateo Crawley, ss.cc.  La Santa Misa, Himno de Gloria

3 comentarios:

  1. Estimada Beatrice : cuando publicas articulos como este,debieras prohibir los comentarios.Porque son de una profundidad tal que todo lo que se diga esta de mas.
    Siempre fiel a tu blog,te saluda en Cristo Nuestro Señor y su Santisima Madre

    criollo y andaluz

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  2. Querido Marcos: Es verdad lo que dices, por eso mis palabras estaban de más y me limité a transcribir. Frente a tanta bulla en el medio bloggero católico, frente a tantas descalificaciones y post controversiales me parece que nos hace bien recordar este tipo de mensajes y en especial recordarles a los sacerdotes que su primer y mayor vocación es a la Santa Misa.
    Un abrazo y gracias como siempre por tu fidelidad
    Beatrice

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  3. ¡Que imágenes hermosas esas de antes!
    También la misa de antes era hermosa.

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