martes, 21 de mayo de 2013

¿Te vas a ligar?

         Quizás considerarán ustedes que es un poco prosaico el título de este post, pero  fue esta la pregunta que me hizo después de cada una de mis seis cesáreas, mi querido obstetra, siguiendo tal vez la costumbre de hacerla a cada paciente antes de proceder suturar el bajo vientre. Continúen ustedes leyendo y entenderán a dónde quiero ir con el asunto del título. 
         Voy a contarles un poco la experiencia que he tenido pariendo hijos. Cuando me casé me preguntaban cuándo iba a tener mi primer hijo. Luego, cuando tuve a mi primera cría, todos mis conocidos me preguntaron encantados si iba a tener "la parejita". Cuando hube tenido a la "parejita", me dijeron que con esos dos ya era suficiente. A mí me entraba por un oído y me salía por el otro...Cuando quedé esperando la tercera cría, ya comenzaron a mirarme medio escandalizados, y así se fue poniendo peor por cada uno de los que siguieron hasta completar los seis. Parece que nunca les di en el gusto...(me importa un pepino en todo caso: aparte de criticar a uno no la ayudan en nada, por tanto lejos estoy de considerar lo que opinan, sin ser soberbia) Cuando iba en el quinto, la cosa se puso tremenda: ¡qué descaro! , ¿¡cómo no te "cuidas"!? ¡la vida está tan difícil, tan cara! Los niños molestan, no te dejan "hacer tus cosas", te vas a echar a perder el cuerpo, es mucho trabajo, etc. etc. etc. Mis idas al supermercado  por ejemplo, hasta el día de hoy son una verdadera cachetada para los modernos chilenos que no tienen más de dos hijos. Nos miran como si fuéramos un fenómeno anormal cuando con  mis niños de entre 12 y 3 años andamos comprando entre las góndolas del supermercado...y eso que son sólo seis. A algunos les parece simpático, otros me consideran casi una heroína, a otros les choca, en definitiva, hay para todos los gustos.
          Entonces hay varias cosas que decir: cuando se dice que la vida actual es cara, difícil, competitiva, yo les encuentro toda la razón. La educación particular es muy cara, ( tema aparte)  especialmente en los colegios "católicos" donde a uno le cobran intereses apenas se atrasa un día en el pago y los descuentos por hermanos (salvo en los colegios de "la Obra") son mínimos. La alimentación, el vestuario, el transporte, la vivienda, etc., son de elevados costos. Peor aún cuando a uno no la ayuda nadie en la crianza y se está sola con el marido para hacer de todo: limpiar, cocinar, lavar, planchar, ayudarlos con las tareas.  Ahora bien, si nos ponemos a pensar en la cantidad de estupideces e inutilidades en las que incurren mis compatriotas, bien les daría para tener diez hijos. Porque obviamente es más entretenido viajar a Cancún o a Brasil de vacaciones, y comprarse el último Smartphone, o el televisor de xx pulgadas con conexión satelital, y tener cada uno su autito de ciudad, ¡ah! y si es posible  tener dos nanas, que estar gastando la plata en los hijos, que además son inoportunos, pues no dejan salir con los amigotes, ni ir a los happy hour, ni levantarse a la hora que se venga en gana el fin de semana. Es un asunto de opción, ¿qué es lo que espero de la vida y cómo la voy a vivir? ¿Voy a vivir para pasarlo bien convertido en un marido adolescente eterno con una esposa- polola (novia) eterna, o voy a cumplir con lo que manda el matrimonio? Ahí está el asunto, más allá del dinero y de lo que cuesta tener hijos.
           Cada uno sabe cuantos hijos tiene. Hay casos y casos y aquí hay que actuar con mucha prudencia. Es un asunto del matrimonio, pero no debemos olvidar que hemos de dar cuenta a Dios, y Dios es el que manda los hijos. Nadie tiene el derecho por un mero asunto material, a poner límites a la obra creadora de Dios. Y se los dice alguien que tiene varios hijos y que también pasó por etapas de miedo y de angustia cuando se enteraba que estaba embarazada nuevamente: ¿cómo lo vamos  a hacer con otro más? ¿quién nos va a ayudar? Me producía vértigo pensar en comenzar a criar de nuevo cuando venía recién saliendo de una crianza. Y entregados como matrimonio a Dios, lo pusimos todo en Sus manos...y hemos sobrevivido bien. Nunca nos ha faltado nada, ni material ni espiritual. Hemos sido bendecidos con hijos y con los medios para educarlos cristianamente con mucho esfuerzo, trabajo y muchas renuncias, confiados cien por ciento en la misericordia de Dios y en las gracias que otorga el sacramento.
         El doctor en cuestión se extrañaba cuando le decía que no me ligara porque era católica. Se extrañaba que no usara ningún medio  anticonceptivo no natural. Y cuando fui a visitarlo tras una segunda pérdida el año pasado, nos decía a mi esposo y a mi que se acordaba siempre de nosotros, pues cada día veía con preocupación que las mujeres no quieren tener hijos y que la población de Chile se envejece y va en disminución.
        Y como sigo leyendo al Cura de Ars en mis ratitos libres le dejo con este párrafo del libro de Trochu:
 
                   "A las personas unidas en matrimonio les hacía ver la grandeza de su vocación y las exhortaba a cumplir santamente con las obligaciones de su estado. La señora Ruet, de Uroux (Ródano), que ya tenía numerosa descendencia, iba a ser madre otra vez. Fuese al Cura de Ars en busca de consuelo. No hubo de aguardar mucho, pues el Santo la hizo salir de la multitud. "Está usted muy triste hija mía, le dijo cuando estaba arrodillada en el confesionario. -¡Ah, si ya soy de edad avanzada, padre mío!.- Tenga usted buen ánimo, hija...¡Si usted supiera cuántas mujeres están en el infierno por no haber dado al mundo los hijos que tenían obligación de darle!"
                     ¡"¡Ánimo!", decía con paternal afecto a una señora que le confiaba sus cuitas a causa de su numerosa prole, no le espante a usted la carga: "cuando Dios concede a una madre muchos hijos, es señal de que la juzga digna de educarlos. Es, por parte de Dios, una prueba de confianza".
 
 
          

5 comentarios:

  1. Hola AMIGA ¡¡¡¡¡
    Por favor,lee lo siguiente :
    www.rafaespana.blogspot.com.ar/2012/04/aborto-selectivo.html

    despues dime tu opinion.
    Que el buen Dios te proteja ,junto a tu marido y tus hijos.

    criollo y andaluz

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    1. Querido Marcos:
      Acabo de ver el enlace que me envió. Es el famoso tema del mal llamado "aborto terapéutico". En Chile no existe, pero quieren legalizarlo. Siempre se da prioridad al estado de salud mental de la madre por llevar en su vientre a un niño que está destinado a morir. Yo me pregunto si el estado mental de una madre va a estar bien sabiendo que asesinó a su hijo antes de nacer. Al final de cuentas con respecto a la vida es Dios quien tiene la última palabra y no los médicos y sé de casos en los que los bebés (las guaguas como les decimos en Chile)fuera de todo pronóstico médico, han sobrevivido. Por lo demás, y es lo más grave, al producir el aborto terapéutico se priva al no nacido del bautismo. El tema da para largo, pero a grandes rasgos es lo que opino.
      Vi su comentario en el blog citado: felicitaciones por su niño. Uno cuando está mayor y queda embarazada (mi última niña nació cuando yo tenía 41) se pasa mil películas, hay que dejárselo a Dios y punto.
      Un gran abrazo amigo,
      Paula

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  2. Beatrice

    Ha expresado en gran parte la historia que vivimos con mi esposa, y sólo tenemos cuatro hijos, todos por cesárea. Cuando fuimos al sanatorio a dar a luz a la última niña, el recepcionista anota la cesárea y pregunta ¿Algo más?. Nos miramos extrañados con mi esposa, y ella le pregunta ¿Algo más? ¿Qué más?. Respuesta: ligadura de trompas...
    La verdad es que criar hijos implica muchos sacrificios, pero valen la pena. Cada gesto, cada beso, cada pregunta, cada cosa nueva que aprenden, cada garabato, y mil cosas más, valen mucho más de lo que podemos pensar. Los hijos son un regalo maravilloso de Dios.
    Gracias por el post.
    Fernando

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  3. Querido Fernando:
    Felicitaciones por su hermosa familia y me alegro que se haya sentido identificado.
    Ver crecer a los hijos compensa todos los diarios sacrificios, cansancios, rabias y salidas de madre. Los hijos para el Cielo que Dios nos regala.
    Un abrazo,
    Beatrice

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  4. Estimada Amiga:
    El punto en cuestión es la confianza. Esa es la base de nuestra fe. Hay que aprender a confiar toda nuestra vida en las manos de Dios. Y digo toda nuestra vida porque no nos podemos reservar nada. Éxitos y fracasos, miedos y alegría, virtudes y defectos, pecados y obras de caridad, absolutamente todo.
    Nada de lo que nos ocurra en esta vida está fuera de los planes de Dios. Absolutamente nada, sea bueno o malo, Dios todo lo permite por un bien mayor. Entonces debemos a aprender a rezar para nunca perder la confianza en Dios.
    En tus manos Señor encomiendo mi alma, mi vida, mis dolores y mis alegrías, mis contradicciones y mis múltiples pecados, lávame siempre con el sacramento de la confesión la inmundicia del desorden del bien debido. Apiádate de mi, Señor, que soy una creatura miserable y contradictoria.
    Eso es todo lo que le puedo comentar.

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