No puedo elevarme y cantar a mi Señor y mi Amor
No tengo las alas del águila
Ni la fuerza para alzarme y saludar a mi Rey.
Ni corazón para volar.
Señor, Creador encarnado
Déjame apoyar mi pesada carga en Ti.
No permitas que mi inmensa debilidad
se interponga entre tu fuerza y yo.
No puedo conocer tu Providencia
ni donde estás.
Ni alcanzar vagamente qué eres Tú,
qué es el hombre y cuál es el final.
En medio de este desierto,
no puedo encontrar
la senda que pisó el hombre prudente.
Concédeme descansar en Ti,
Espíritu encarnado y Verbo de Dios.
No puedo amar.
Mi corazón está embotado y cerrado bajo llave
(¡Ay de mí!, mi egoísmo me hace estremecer)
El pecado ha extraviado la llave.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús!
Llama Divina que arde de deseo.
Mi esperanza está puesta en tu amor.
Profundo abismo de fuego.
No puedo vivir solo ni una hora más.
¡Jesús, sé Tú mi vida!
No tengo fuerzas para luchar.
Sé Tú mi fuerza en toda contienda.
No puedo hacer nada, ni esperar,
ni querer, ni temer,
tan sólo tropezar y caer.
Sé Tú mi alma y yo mismo, amado Jesús,
Mi Dios y mi Todo .
Escrito antes de Agosto de 1903
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