Sigo con los esquemas de sermones, pero sigo con la tremenda duda de que sea algo no muy grato de leer por tratarse de apuntes que servían de guía a Monseñor Benson cuando predicaba. Denotan que en su mente tenía muy claro lo que iba a decir, pero lamentablemente nosotros solamente hemos recibido estos esquemas. ¡Cómo me hubiese gustado haberlo escuchado predicar!
Ustedes tendrán que unir las ideas y tratar de apuntar hacia dónde quería dirigirse. Yo sé hacia dónde va con sus palabras, pero insisto en que al tratarse de notas, de apuntes, guías de memoria, son un mero lanzar ideas. De todas formas aquí están y no hay pérdida de tiempo al leerlos.
Beatrice.
Esquemas de Sermones I
Los
Sermones Anglicanos
I.- Adviento
II.- El Juicio
Hebreos
13, 17: “Como quien ha de dar cuenta”
Introducción: - La muerte, el tiempo final –
es una certeza – El juicio no es menos seguro – La revelación nos lo cuenta:
solo una vez la muerte, después el juicio.
La
razón – este mundo es terriblemente desigual – ahí debe haber una restitución:
sufren los inocentes – los culpables van libres. Hasta las naciones paganas han
visto que finalmente debe haber un juicio.
El
instinto: este pecado de tu vida pasada, concurre ondulante causando pecado y
dolor sin fin. No es necesario que les diga que Dios no lo ha olvidado.
La
idea principal del Juicio es “rendir cuentas”.
I.- Nosotros rendimos cuenta:
(1) Por la verdad que hemos recibido: -
Todos nosotros hemos recibido El Credo Cristiano – lo dijimos esta noche. Ahora
bien, algunos consideramos al Credo como algo que tenemos que asentir y conocer
para nuestra salvación.
Algunos discrepan con el Credo Atanasiano
en razón de que no pueden entenderlo del todo - ¿Cómo entonces puedo asentirlo?
Pero el Credo no es de esta manera. No hay
un examen de teología en el Último Día – Es Revelación de Dios – es una
realidad divina – y nosotros se supone que hemos de utilizarlo.
Algunos disidentes del Credo dicen:
“Importa lo que hacemos, no lo que creamos”. Pero lo que nosotros creemos es lo
que nos inspira.
E.g:
Tres personas: me crearon – me redimieron – me santificaron.
Me
creó: por lo tanto le pertenezco.
Me
redimió: por lo tanto le pertenezco. Él ha pagado el más infinito precio por
mí.
Me
santificó: por lo tanto yo le pertenezco. Me inspira – me ayuda – habita en mí.
Tenemos que rendir cuentas por esto. ¿Qué
diferencia ha producido aquello en mi vida? ¿He pensado que me pertenecía a mí
mismo? ¿Era mi propio maestro? Entonces, así con los otros artículos del Credo:
Una Iglesia – y la verdad subyacente;
los sacramentos y los otros similares.
(2) Por la
gracia que hemos recibido – Los Sacramentos: Bautismo – Confirmación –
Comunión. ¿Qué más se podría haber hecho? ¿Qué fue lo que hice son estos
sorprendentes obsequios? Por el
Bautismo estaba recibiendo el derecho a llamar a Dios mi Padre. ¿Me he
comportado como su hijo? Por la Confirmación estaba recibiendo dones para
ayudarme. Por la Comunión – Jesucristo en persona vino a mí – habita en mí –
ordinariamente. Todas las inspiraciones – los pensamientos santos – los anhelos
– el odio al pecado – el amor a Dios – El Espíritu Santo defendiendo –
advirtiendo – encendiendo - ¿Cómo los he utilizado?
Comparo mi vida con la de aquellos que nunca
han recibido los sacramentos, o que no han tendido las oportunidades que yo
tuve. Nunca haber comulgado – o confirmado – debido a algún malentendido – e.g:
por algunas discrepancias – nos pone en vergüenza – un hombre del Ejército de
Salvación – con su celo – con su abnegación. Yo frecuentemente me
reprocho a mí mismo cuando me cruzo en la calle con uno vendiendo El Grito de
Guerra. (Para los sacerdotes es aún más terrible – un gran don y una gran
responsabilidad.)
(3) Por nuestras circunstancias en la vida.-
Nuestro hogar – padres – colegio – amigos – libros – ejemplos – cuidados. La
mano de Dios sobre todos nosotros. Si otro hubiera tenido mis oportunidades.
Todas aquellas cosas que nosotros llamamos “oportunidades” – las cuales en
realidad son en realidad la Providencia de Dios. – Nacer en un país cristiano –
cerca de una iglesia – un párroco fiel, etc.
Compara tu vida con la de alguien que no
ha tenido del todo una oportunidad. Sin embargo, cómo el pudo haber luchado-
conquistado a sí mismo. Y él permanece en el Juicio al lado derecho – Yo en el
izquierdo. ¡¡Qué maravilloso!!
II.- El final del Juicio.
Dos sentencias y sólo dos: “Ven” y
“Apártate”.
En este mundo vemos tres grandes
divisiones: Muy bueno, muy malo, y una larga masa de gente media – pero en los
ojos de Dios una línea invisible corre a través de la masa. En el Día del
Juicio existen sólo dos compañías. ¿En cuál lado estoy?
Únicamente dos sentencias:
Irrevocable: - la última gran oportunidad. Dos arroyos se
separarán para la eternidad, y nunca se encontrarán (las cuencas en las
montañas)
Público: - Toda la creación se reúne para
ver. No existe ningún tipo de ocultamiento o de paliación. “Tuve hambre, y no
me disteis de comer” (Mateo 25, 42)
Irresistible: - No puede ser evitado; Dios
refrena su poder sobre la tierra. Es irrefrenable, por tanto, el libre albedrío
no permanece mucho tiempo sin un chequeo. Hemos tenido nuestra oportunidad – si
nos hemos resistido a Dios, entonces Él se hace irresistible. Así como hemos
elegido, así será la eternidad para nosotros.
“Apártate”
“Ven”
“Como
quien ha de dar cuenta” Por el amor de Dios y por el propio, ¡No olviden
esto!-.
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